Las intervenciones ginecológicas diagnósticas y terapéuticas a ciegas tienen que acabar para proteger la salud de la mujer y ser reemplazadas por técnicas de visualización directa, como ocurre en otras especialidades.
Esta es la principal recomendación del consenso internacional llevado a cabo por líderes en ginecología procedentes de tres de las principales sociedades mundiales implicadas en la realización de estas técnicas: la Comunidad Global de Histeroscopia (GCH), la Asociación Americana de Laparoscopia Ginecológica (AAGL) y la Sociedad Europea de Endoscopia Ginecológica (ESGE). El consenso ha sido presentado en Málaga en el marco del Congreso HTRS 2022 (Technological Revolution in Hysteroscopy), evento organizado por la GCH, comunidad internacional de histeroscopia, con más de 5.000 miembros.
“El acceso a ciegas a la cavidad uterina para el diagnóstico y tratamiento de patologías intrauterinas es un procedimiento que continúa siendo muy habitual hoy en día, y no ha evolucionado en 150 años, comportando graves riesgos para la salud de la mujer”, explica el profesor Sergio Haimovich, jefe de servicio de Ginecología del Hospital Universitario Laniado (Netanya-Israel) y vicepresidente de la sección de Histeroscopia de la AAGL. “Con el uso de estos procedimientos a ciegas la mujer corre el peligro de sufrir infecciones, perforaciones en el útero, reintervenciones, lesiones a otros órganos y hemorragias, además de falsos negativos en las biopsias”, añade.
Según datos de un estudio realizado entre mujeres postmenopáusicas, en mujeres en edad fértil, hasta un 20.5% de las lesiones focales del endometrio permanecen después de un legrado a ciegas frente al 2% tras una histeroscopia, lo que obliga a someterse a las pacientes a nuevas reintervenciones. Además, este procedimiento solo es capaz de diagnosticar menos de la mitad de la cavidad uterina en el 60% de los casos, lo que puede derivar en falsos positivos.
Falsos negativos en cáncer
“Los legrados a ciegas son utilizados de forma frecuente en ginecología para descartar el cáncer de útero, realizar una biopsia o analizar las causas de sangrado uterino anormal. Sin embargo, cada vez es mayor la evidencia científica que muestra cómo, con frecuencia, la toma de muestras es inadecuada y conduce a un diagnóstico erróneo”, advierte el doctor Luis Alonso Pacheco, jefe de la Unidad de Cirugía Reproductiva del centro Gutenberg de Málaga y ex presidente de la sección de Histeroscopia de la AAGL.
En oposición a los peligros que representan para la mujer las técnicas a ciegas, la histeroscopia es un procedimiento de diagnóstico con un índice de complicaciones de tan solo un 0,1%. En el tratamiento de patologías intrauterinas, una revisión de estudios realizada por investigadores chinos y europeos mostró que la histeroscopia es un procedimiento rápido para extirpar tejido con éxito y sin riesgos de sangrado o perforaciones.
En este mismo sentido, otro trabajo reciente mostró que la histeroscopia es “significativamente superior” en el diagnóstico y tratamiento definitivo de patologías endometriales, especialmente en lesiones en crecimiento en comparación con el legrado a ciegas.
“La histeroscopia ha vivido una evolución imparable en los últimos 20 años. La cantidad de evidencia publicada muestra la superioridad de los procedimientos de visualización directa y que la tecnología para llevarlos a cabo ya está disponible”, asegura el doctor Alonso.
En el consenso, los ginecólogos recomiendan de forma prioritaria estas técnicas para el diagnóstico y tratamiento de pólipos endometriales, el engrosamiento del endometrio y la realización de biopsias por la “evidencia buena y consistente” disponible al respecto. El objetivo final de este documento es que convierta a la histeroscopia en el procedimiento estándar en intervenciones ginecológicas, abandonando los procedimientos menos seguros para la mujer.