Refranes

Cada maestrillo, cuchillo de palo

Una letrilla conocida recoge muy bien una convicción que comparten muchos autores de canciones y poemas, pues “cuando las canta el pueblo (las coplas), ya nadie sabe el autor”. Muchos escritores conocen esa hermosa sensación de desvalimiento cuando ven libros suyos en los escaparates de las librerías, campando a sus anchas como seres independientes, o saben que andan libres por los anaqueles de las bibliotecas o en las mochilas de los escolares. Yo he vivido la experiencia de cruzarme con un transeúnte en cuyas manos he reconocido la portada de un libro mío, y no me he acercado a él por timidez y respeto, porque yo no conocía de nada a esa persona, aunque ella sí conociera – o iba a conocer –  lo que un día yo sentí y escribí. Efectivamente, cuando un libro está en la calle ya no pertenece...

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