La política es una maquinaria cuyo enganaje está formado por partidos y los nuevos, se adaptan a lo que hay si quieren formar parte; me comentó hace unos días una amiga. Pero ya va siendo hora de que esa maquinaria artificial se sustituya por un corazón, que sienta y se mueva por los latidos de las necesidades humanas y no por satisfacer sus propios intereses. Desesperada por la corrupción política, hace dos años me afilié a Ciudadanos. Me ilusionó formar parte de un proyecto que prometía transparencia democrática y combatir a los que abusaban de su cargo. Conocí muchas personas entrañables que deseaban hacer una política honesta que diera solución a los problemas de los ciudadanos a la vez que derribar a los que aprovechando su cargo se enriquecían injustamente. Pero parece que imposible ...