desayunos

La abuela Blanca

Algunos domingos por la mañana, después de tomar su segundo desayuno, la abuela Blanca leía el ABC, mujer fruto de su tiempo, de las circunstancias y bandos en los que le había tocado vivir. Buena persona, creo recordar que la conocí por la década de los 80 y desde el primer momento me sentí como uno más de sus hijos. Esto, lo sé de buena tinta, le pasaba a mucha gente, cualquiera que pasara por aquella casa, se quedaba a comer sin ningún problema, te sentías recogido, bien tratado y te reías. En fin, que apetecía quedarse en aquella casa. – ¿Que haces Blanca? pregunté una mañana de Domingo. – Estoy viendo quienes han dejado de fumar – y se reía-, todos estos, señalando las esquelas funerarias del ABC, han dejado de fumar. La miraba y una sonrisa se me escapaba. – A...

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