Arte para profanos

Arte para profanos: «Moisés y los mensajeros de Canaán» Giovanni Lanfranco, 1624

Para solucionar un problema, no hay nada como saber identificar las causas, estudiarlas y darles la solución correcta. Pero ocurre que eso implica preparación, tiempo y esfuerzo. Y de ahí que, en bastantes ocasiones, se adopten decisiones que omiten tantos preliminares y se concentran exclusivamente en aventurar una solución. En la Historia Universal, y más aún en la Política actual, esta forma de proceder es un recurso empleado más veces de lo que creemos. Aunque no siempre con el resultado que hubieran querido sus autores, claro. “Muerto el perro, se acabó la rabia”. Refrán muy español que resume perfectamente lo hasta ahora comentado. Pero, aun no siendo tan drástico, esta forma de actuar se da también en la vida cotidiana de las familias. Me refiero a la venda en los ojos que nos llega...

Arte para profanos: «El Grito» Edvard Munch, 1893

¡Hasta un emoticono tiene! Y es que esta imagen de Munch es una de las más recurrentes en estos tiempos. Se han acabado las Fiestas y hay que volver a trabajar: ¡ahhh! (ponga el emoticono). Que le cuentas al amigo cómo te han pillado, lo que te ha pasado, o lo que seguro te va a pasar: ¡ahhh! (emoticono). Pero esta imagen, esta obra maestra, no tiene un significado tan banal. A finales del siglo XIX, ya se intuía que la tensión entre las potencias europeas podría estallar en cualquier momento. La obra capta el Horror en mayúsculas que estaba a punto de llegar, la desesperación de los que eran conscientes del horror, de la gran guerra que se avecinaba. Nada de eso se puede expresar mejor que con esta pintura. Es la imagen de un mundo pasado, pero que se asemeja mucho al actual, un mundo en ...

Arte para profanos: «La adoración de los magos», Giotto, 1305

La noche del 5 al 6 de enero los niños dejarán sus zapatos junto a la ventana, con un poco de comida y agua para los camellos. Se acostarán queriendo aguantar el sueño y “pillar” a los Reyes Magos cuando entren en su casa. Pero terminarán durmiéndose y antes de las 8 de la mañana, con la primera luz del día, se levantarán corriendo adonde dejaron sus zapatos. Los gritos “Han venido los Reyes, han venido los Reyes”, repetidos una y mil veces, terminarán despertando hasta al padre más remolón que deseaba dormir más ese día de fiesta. Lo que sigue, abriendo regalos y regalos, es de esos recuerdos, entre padres e hijos, que se quedan para el resto de sus vidas. En el siglo XIX, a imitación de lo que se hacía en otros países el día de Navidad en homenaje a San Nicolás, en España se inició la tr...

Arte para profanos: «La Natividad», Doménico Ghirlandaio, 1492

Erase una vez en que los hombres y mujeres de este país enviaban, por Navidad, unas cartas “especiales” para sus amigos y familiares. Para aquellos que no sabéis lo que es una carta, explico, era un papel en donde escribías, de tu puño y letra, los mensajes que queréis hacer llegar a tus destinatarios. Se metían en un sobre, donde se escribía el nombre y dirección de destino y se compraba un sello en los estancos, que se ponía en la esquina superior derecha, justo encima del nombre de la persona a la que le enviabas la carta. Pues, bien, en esas cartas especiales a las que me refiero, se incluían unas tarjetas de felicitación que se llamaban “Christmas”, que, sí, que sabíamos que significaba Navidad en inglés, pero es que no nos preocupaba tanto la duplicidad, ni temíamos tanto en equivoca...

Arte para profanos: «El cuarto estado». Giuseppe Pellizza da Volpedo, 1901

A muchos les parecerá que este artículo irá de cine. Y, en parte, podrían llevar razón, pues esta obra que comentamos se hizo mundialmente famosa, desde 1976, por la película Novecento, del director italiano Bernardo Bertolucci, fallecido recientemente, el 26 de noviembre de 2018. La película, para los cinéfilos que la recuerdan, comienza con el Romanzo de Ennio Morricone, música que va introduciendo los títulos iniciales, con la sola imagen, durante casi 4 minutos, de la pintura de Giuseppe Pellizza “El Cuarto Estado”, que va ampliándose, desde un primer rostro, hasta el conjunto de personajes que llenan esta inmensa obra (de casi 5 metros y medio de ancho por otros 3 de alto) y donde, en primer plano, dos hombres y una mujer, con un niño en brazos, marchan encabezando una enorme y anónim...

Arte para profanos: «La Madonna Sixtina», Rafael Sanzio, 1514

¡Qué empacho de angelitos! Hubo unos años en los que fueron los auténticos iconos de las tiendas chinas y que te los encontrabas por todas partes: láminas de Ikea, patrones de punto de cruz, latas de regalo y, sobre todo, enmarcados para poner encima del sofá del salón. La curiosidad es muy mala y siempre me preguntaba sobre quién los habría pintado. Un día, harto ya de buscar angelitos por todo el Renacimiento, por fin los encontré ahí abajo, con esa mirada perdida, un tanto pasota, como diciendo “que nosotros no hemos sacado ni un euro de todo esto…”. Esto es lo que se dice tomar una parte por el todo. Los angelitos, o angelotes para algunos, o putti, como se les conoce en Arte, son más conocidos que la obra en sí. Y eso que la imagen de la Virgen con el niño es de las más conocidas de R...

Arte para profanos: «Judith decapitando a Holofernes» Artemisia Gentileschi,1613-1620.

Una artista que se autorretrata decapitando a un hombre poderoso es mucho más que la representación de un relato bíblico. En el libro de Judith se cuenta que ésta era una bella viuda de la ciudad israelí de Betulia, asediada por el ejército asirio, cuyo general era Holofernes. Judith se entera de que éste se ha enamorado de ella. Con la ayuda de su criada, consigue llegar hasta la tienda de Holofernes, haciéndole creer que también estaba enamorada de él. Una vez en su lecho, le hace beber hasta emborracharse. Cuando Holofernes cae dormido, su criada le proporciona la espada con la que Judith lo decapita. Al salir de la tienda, mostrando victoriosa la cabeza de Holofernes, crea la confusión y el miedo en el ejército asirio, que es derrotado por el israelí. A Judith se la acoge como una hero...

Arte para profanos: «Beata Beatrix», Dante Gabriel Rossetti, 1870

Dante Alighieri (1265-1321) es el poeta italiano que escribió La Divina Comedia. En esta obra cumbre de la Literatura Universal, Dante relata su imaginario viaje a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. En los dos primeros, su guía es el poeta romano Virgilio, el autor de la Eneida. En el Paraíso su guía será Beatriz, que representa la idealización de su primer amor: Beatrice Portinari, una vecina de la que se enamoró cuando Dante tenía 9 años y ella 8. Apenas la conocía. Como mucho, se saludarían cortésmente. Aun así, su amor por Beatrice es lo que le da razón a su vida y a la poesía que comienza a escribir. Beatrice se casó y murió poco después, sobre los 23 años de edad. Cuando Dante se entera de su muerte, se lanza a un desenfreno sexual con varias amantes, hasta que un año d...

Arte para Pofanos: "El Angelus de Millet" Salvador Dalí, 1935

¿Cómo fue posible que Dalí fuera capaz de transformar la imagen religiosa humilde por excelencia (el Ángelus de Millet, 1859) en esta maravilla surrealista? Dalí, erre que erre en su presunta paranoia, insistía en que en el cuadro de Millet había algo más, un elemento perturbador, que le fascinaba. Pintó varias versiones distintas de la obra e, incluso, llegó a escribir un ensayo sobre El mito trágico del Ángelus de Millet. Y mira tú por donde que, años después, en 1963, tras un examen con rayos X de la obra, se descubrió la presencia de una pintura previa de un ataúd infantil entre los dos padres, resignados al entierro de su hijo en medio del campo, que era la costumbre con los recién nacidos no bautizados. Jean-François Millet, pintor francés paisajista y realista de la llamada Escuela ...

Arte para profanos: "Orfeo y Eurídice", George F. Wats, 1869

El relato de Orfeo y Eurídice es la versión mitológica de la desconfianza, el miedo a ser engañado, y que, desgraciadamente, termina destruyendo al ser amado. Estamos muy acostumbrados a ver como la historia se repite una y mil veces, como la desconfianza, encarnada en los celos, acaba continuamente con tantísimas parejas, aunque no de una forma tan romántica como en el caso de nuestros protagonistas. Orfeo era hijo del dios Apolo y de la musa Calíope. Tenía el don de agradar y, con sus cantos, ablandaba la fiereza de los animales más salvajes e, incluso, llegaba a estremecer a las rocas. Se casó por amor con la ninfa Eurídice. La felicidad de esta unión se interrumpió de golpe cuando Eurídice fue mordida por una serpiente y murió. Orfeo, roto de dolor, era incapaz de resistir la tragedia ...

Arte para profanos: La Virgen del díptico de Melun. Jean Fouquet, 1456

Si Steven Spielberg hace una película sobre el siglo XV, seguro que traslada al futuro a Jean Fouquet para convertirlo en el inventor de los garitos de ambiente gótico y en diseñador de moda transgresor. Con esos ángeles con cara de malotes, y ese colorido de neón, el éxito está garantizado. Por muy moderno y atrevido que parezca, este tampoco es el look de la entrada de ninguna sala de ambiente gay, sino que es un cuadro sobre la Virgen María que, más sorpendente aún, se pintó a mitad del siglo XV, sin intervención de Spielberg: sólo gracias a la imaginación del autor (desconocemos su orientación sexual) y a la intervención real, del amor de un monarca por la primera Corinna renacentista. Se trata de  la tabla derecha del díptico (retablo doble) que el pintor Jean Fouquet realizó para la ...

ARTE PARA PROFANOS: "El matrimonio Arnolfini" Jan Van Eyck, 1434

Jan van Eyck fue el primer genio en desarrollar la pintura al óleo, consiguiendo una plasmación de la realidad, a través de la luz y el color, que impresionan, incluso hoy en día. Pero la pintura no es realidad. Es puro simbolismo. Y en esta obra aparece por todas partes. El marido, levantando la mano derecha, subraya su compromiso conyugal ((¡¡qué poc@s serían capaces de alzar la mano hoy en día!!)). El perrito tiene también un papel muy importante en el conjunto de la obra. Lo que hoy día significa recoger cacas de la acera o hacerse el sueco dejándolas allí (para ser pisadas por un viandante capaz de jurar en hebreo), en la Edad Media, simbolizaba la fidelidad conyugal. Los zapatos quitados hacen alusión a lo mismo. Más curiosa es la forma de representar que son gente de bienes: unas si...

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