-
Mariano ha publicado una actualización hace 2 meses, 1 semana
Opinión: Asesinos de árboles y de espacios verdes.
He aquí que se presenta un concejal de urbanismo-de lo que solo sirven para hacer nada o muy poco-, y dicta, manda y hace saber que: «Hay que acometer la reforma del asunto en cuestión». Todo lo anterior se publica en prensa local, que también mal escrita y redactada.Comentábamos la semana pasada de cómo entre unos y otros, individuos de cabezas locas incendiarias, siguen cargándose poco o muchos árboles que en España quedan. Son los muchos incendiarios con caja de cerillas, que son siempre capturados por Guardia Civil. Asesinos de árboles y de espacios verdes, que actúan con impunidad y muy pocas veces se les mete mano con la ley en la mano.
Son personas-alimañas-de guante blanco. Devoran espacios verdes en ciudades, como si comiesen todos los días huevos fritos con patatas fritas. No odian el color verde, pero cambian las ciudades a su gusto y gana. Se les pueden llamar también «analfabetos ecológicos», pues poco saben o nada de los que construyen o ponen en funcionamiento.
No vengo en citar casos concretos, porque es el mes de junio y mi abogada está de vacaciones en Sevilla, y me da mucha pereza el hacerlo. Además, tengo que ir a la playa a ducharme, pues en casa pocas veces lo hago… Los ciudadanos.
Son personas-alimañas-de guante blanco. Devoran espacios verdes en ciudades, como si comiesen todos los días huevos fritos con patatas fritas.
Desaparecen los árboles en las ciudades, con el pretexto de la renovación y modernización. Así los ciudadanos podemos y debemos pensar en otras cosas: lo comido por lo servido. Tenemos plazas- juguetes de niños-, viejas, cochambrosas, pero que poseen árboles centenarios y frondosos. Y que a cuya sombra se han sentado generaciones-por miles-de ciudadanos.
He aquí que se presenta un concejal de urbanismo-de lo que solo sirven para hacer nada o muy poco-, y dicta, manda y hace saber que: «Hay que acometer la reforma del asunto en cuestión»…… Todo lo anterior se publica en prensa local, que también mal escrita y redactada.
Le pregunta una periodista: ¿Qué pasa con los árboles? Al rato el concejal contesta: «Pues es bien fácil»: En primer lugar, se retiran todos; algunos demasiados viejos, ya bien usados. Se sustituirán por otros nuevos que prometen dar sombra constante y fresca. ¡Vamos!, que serán la «marimorena». Los otros, los más sanos serán conservados en depósitos/lugares especiales, y después se volverán a plantar con un sistema de ¿regadío estanco?, «al estilo japonés», termina afirmando.
Ya comenzaron las obras, todo está en marcha. No obstante, observan-que abajo vive bajo las estrellas-un aparcamiento para coches que no permite por razones técnicas replantar nuevos y jóvenes árboles. Ellos saben que los árboles y las raíces y la tierra no producen beneficios, y las concesiones de aparcamientos, sí. ¿Así? que es mejor que pongamos estructuras de cemento, para que den sombre y la gente transmita en ellas sus inquietudes culturales, pintándolas con spray y rotulador.
En el centro de la plaza piensan poner un monumento a la Constitución (cualesquiera que salve a España:17 autonomías y dos ciudades autónomas) para comprobar más tarde si alguien tiene hue…para protestar. ¡Por qué en España protestamos por todo lo habido y por haber!
Otras muchas veces nos comunican del Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente: «Los árboles son peligrosos para los automovilistas». Entiendo que he hecho bien en publicar el presente escrito, aunque alguien me trate de «idiota» por haberle escrito. ¡Qué más da!
La Coruña, 31 de julio de 2023
©Mariano Cabrero Bárcena es escritor