El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento de la convocatoria de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural para 2024 de ayudas para respaldar inversiones destinadas a la implantación de infraestructuras bioindustriales sostenibles de tratamiento y valorización de alperujo mediante su transformación en biogás o biometano para su uso como biocombustible.
Estas subvenciones se enmarcan en la Inversión Territorial Integrada (ITI) de Jaén y el Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Andalucía 2014-2022, que contempla incentivos destinados a apoyar inversiones materiales o inmateriales en transformación, comercialización o desarrollo de nuevos productos agrícolas en el sector oleícola y de la aceituna de mesa. Estas ayudas están dotadas con más de 13,1 millones de euros, contemplando como posibles beneficiarios a aquellas empresas o sociedades cuyo capital social proceda en al menos un 30% de entidades productoras de alperujo.
La Junta de Andalucía espera que estas subvenciones permitan reducir la distancia entre el lugar donde se obtiene el alperujo y la industria donde se transforma este subproducto, fomentando así la economía local y la generación de empleo en las zonas rurales al tiempo que se reduce el impacto ambiental de la actividad. De esta forma, el sector agroalimentario andaluz continuará avanzando hacia el propósito de ‘residuos cero’, protegiendo el medio ambiente y apostando por la economía circular.
Instalaciones bioindustriales
Entre otros gastos, las bases reguladoras contemplan como subvencionable la inversión destinada a la construcción de nuevas instalaciones bioindustriales para el procesado de alperujo o la compra del terreno donde se desarrollarán. Asimismo, estas ayudas respaldan también la compra o arrendamiento con opción a compra de nueva maquinaria y equipo hasta el valor de mercado del producto; y la adquisición o desarrollo de programas informáticos y adquisiciones de patentes, licencias, derechos de autor o marcas registradas.
Así, también apoyan las inversiones tangibles e intangibles para mejorar e implantar sistemas de generación de valor añadido y competitividad centrados en el control de calidad, la trazabilidad o la huella hídrica y de carbono.
Con más de 800 almazaras y 200 entamadoras, el sector del olivar tiene un gran peso en Andalucía. Concretamente, su actividad supone casi el 24% del valor de la producción agraria y el 28% de las exportaciones agroalimentarias de la región. De hecho, las ventas internacionales de aceite de oliva reportan a Andalucía 1.200 millones de euros (21%) y las exportaciones de aceituna de mesa, 420 millones de euros (7%).
El tejido industrial ligado al aprovechamiento de los olivos de Andalucía está formado, en su mayoría, por pequeñas y medianas empresas (pymes) con menos de 250 trabajadores y que se sitúan en zonas rurales. Por tanto, ejercen un relevante papel como elementos de fijación de la población a estas áreas.