Más de medio siglo después el Ecce Homo de Faraján vuelve a vestir su manto, una pieza que fue bordada a mano por una vecina del pueblo hace casi 70 años.
La desaparecida Florentina Gutiérrez fue quien confeccionó el manto, bordándolo a mano con hilo de oro. Lo finalizó en 1956, como refleja esta fecha en números romanos bordada por su creadora en el propio manto, en cuya elaboración estuvo trabajando intensa y meticulosamente durante más de un año.
Florentina tenía por aquel entonces unos 40 años, era soltera y vivía en una casa de la zona baja de Faraján junto a una hermana y a su tía Mariana, quien le ayudó con el diseño del manto. Así lo recuerda Remedios Galindo, vecina del pueblo que indicó que, “cuando era una chiquilla solía pasar con otras amigas por la puerta de la casa de Florentina, que nos invitaba a pasar para mostrarnos cómo iba quedando en manto”.
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Faraján
Por otro lado, la imagen del Ecce Homo que se encuentra en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Faraján fue donada por la familia de Florentina, que poco después comenzó a bordar para vestirlo. El Ecce Homo salió en procesión en varias ocasiones el Jueves Santo en las décadas de los 50 y los 60.
Una sobrina de Florentina Gutiérrez, que ha sido la encargada de cuidar y custodiar el manto durante décadas hasta que ha fallecido recientemente, decidió que tras su muerte la pieza sería donada al Ayuntamiento de Faraján, con lo que pasa a formar parte del patrimonio etnográfico, cultural y religioso del municipio. En estos días los vecinos y vecinas tienen la oportunidad de contemplar al Ecce Homo con su manto en el altar de la iglesia.
Por último, algunas vecinas mayores del municipio que recuerdan las procesiones del Ecce Homo han comentado que sería interesante recuperar esta tradición, aunque previamente sería necesario restaurar la imagen así como habilitar un trono y una baranda.