Hemos de constatar que el andaluz rico siempre piensa en Madrid para vivir bien, más el pobre siempre piensa en Barcelona, para trabajar. El tiempo nos ha dado la razón:
«Hechos son amores, que no buenas razones»
Muchas veces nos dan pan y circo para convertirnos a los humanos en simple masa no pensante. Cuando deberíamos de ser ciudadanos libres gracias a los conocimientos conseguidos con nuestros estudios: de primaria, primero; de secundaria, después…
Y es que los gobernantes de turno-en nuestro caso el PSOE-se dan golpes de pecho-y desde la derecha también-, a favor de los emigrantes que siembran nuestras ciudades españolas-entrando principalmente por las islas Canarias-, siendo más personas que viven y sueñan con su propia soledad.
Lotería, bonoloto, las quinielas de futbol son ilusiones rotas de nuestros propios corazones, para seguir jugando nuevamente. Confiando que la lámpara de Aladino nos sea favorables alguna vez?Hemos de constatar que el andaluz rico siempre piensa en Madrid para vivir bien, más el pobre siempre piensa en Barcelona, para trabajar. El tiempo nos ha dado la razón: «Hechos son amores, que no buenas razones»
Y es que el dinero nos suele tapar todo: tapa las bocas y las mentes; también los corazones. Aquellos que ganan premios literarios creen muchas veces que están en posesión de la verdad. Por antonomasia Ahora existe la costumbre de cantar saetas no a la Cristo que anduvo en la mar sino al del madero, y juegan a la lotería y al euromillones que debe ser una de las poquísimas señas de identidad de la UE.
Y es que el dinero fue un elemento clave para que Stalin logrará tener la bomba atómica para la URSS, quedándose USA un tanto deslumbrado cuando supo que los comunistas le había la misma medicina que ella aplica de los tiempos inmemoriales. Y es que con dinero puede uno hacer uso de la medicina privada de ciertos médicos, que también atienden a consultas de mutuas y Muface.
Con dinero llama uno a los que, teniendo euros, muchos euros, puedes mandar a tus hijos a colegios que preparan para afrontar el mercado salvaje, aunque sea al precio de meterlos en una burbuja donde no les explican los efectos perversos de ese mercado, simplemente los adoctrinan. Con dinero se compran niños en países de América Latina y a eso lo llaman adopción para revestirlo de legalidad. Con dinero el narco de México y otros países compra voluntades y crea más «puestos de trabajo» que los mismos gobiernos hasta llegar al punto de que los grupos musicales le componen al jefazo narcocorridos en su honor.
Con dinero se amansa todo
Con dinero se publican artículos de investigación en unas pocas revistas mundiales revestidas de carisma por instituciones de las que no quiero acordarme. Con dinero te atienden mucho mejor los médicos y logras una carrera universitaria prestigiosa en EEUU y a los españoles se nos llena la boca de alabanzas hacia ese país enfermo y obsesionado con la venta y las armas. Con dinero se instalan alertas cada vez más sofisticadas en las casas y será posible pagar a guardias jurados que te protejan de tus semejantes, esos que no tienen dinero porque se supone que son seres inferiores que no se adaptan al progreso.
Por tanto, quienes gozan de haber entrado más a fondo en el capitalismo popular por medio de la suerte, lo que hacen es celebrar su adaptación a este mundo cruel y monetario. ¿Qué bonito sería el mundo si no existiera el dinero?, afirmaba la letra de una sevillana en mis tiempos. ¿Será eso cierto? No. Porque con el dinero esa sevillana se puede oír en todo el mundo a todas horas y, sin él, se quedaría en Sevilla y poco más. Sí, ya sé que hay fenómenos que se han consolidado sin dinero. Las excepciones que confirman una regla que me gustaría que fuéramos capaces de romper. Soñar es gratis. Hoy se puede colgar una sevillana en la red y tener éxito. Pero, ¿quién ha puesto ahí Internet? El dinero. ¿Y quién la sostiene? Nuestros datos, que son dinero.
La Coruña, 14 de abril de 2025
©Mariano Cabrero Bárcena es escritor