Con una obra excepcional de José Luis Puche, el Málaga CF celebra su vínculo con los municipios de la Costa del Sol, reflejando para esta ocasión la esencia de las Noches en la Ribera de Benamargosa.
Este emocionante encuentro tomará lugar el sábado 15 a las 16:15 horas y tendrá como protagonista a Benamargosa en el diseño del cartel para el partido y en el brazalete del capitán blanquiazul.
Entre lomas y cerros que dibujan un horizonte ondulado, Benamargosa se abre paso con el río como eje de su geografía. Al sur, Los Corbachos y Lomas de Cutar forman una barrera natural, mientras que al norte, La Torre se impone como el punto más alto del término. Entre pagos rurales como La Maceta, Loma Blanca o El Castañar, el pueblo conserva su esencia andaluza, bajo un clima mediterráneo subtropical de inviernos suaves y lluvias caprichosas.
Con un origen que se pierde en el Neolítico, su historia es un mosaico de culturas y batallas. Fenicios y romanos surcaron su río, mientras que la huella árabe quedó impresa en su nombre. En 1487, tras la caída de Vélez-Málaga, sus moradores se rindieron a los Reyes Católicos, cerrando así siglos de dominio andalusí. En tiempos de Napoleón, sus habitantes se alzaron en guerrillas, apoyadas por el legendario Cura Pinto. Años después, la Guerra Civil dejó profundas cicatrices en sus calles. Un pasado escrito en la resistencia de su gente.
Benamargosa es un laberinto de calles encaladas, huertas de cítricos y aroma a aguacate. El Puente de los Diez Ojos cruza su cauce seco, mientras los barrios de la Solana y los Pechuelos trepan entre macetas y balcones floridos. En lo alto, los Jardines de San Sebastián regalan sombra y vistas al pueblo. La iglesia de la Encarnación, discreta por fuera, esconde un artesonado mudéjar. Y para cerrar el paseo, un batycate bien frío, el secreto mejor guardado de la Axarquía.
La cocina local combina la herencia mediterránea con influencias del Norte de África, destacando platos como el zoque, una versión del gazpacho hecha con limón real, que le otorga un sabor único. Esta receta, nacida de la escasez, simboliza la adaptación local a los cambios históricos. Otros platos típicos, como el baticate, la ensaladilla cateta y los pestiños, mantienen viva una tradición que, a pesar de los cambios, sigue siendo fiel a sus orígenes.
Las fiestas en Benamargosa no solo se viven, se sienten, se bailan y se cantan con el alma. La Fiesta Patronal en honor a San Sebastián, celebrada el sábado más cercano al 20 de enero, comienza con una misa y es seguida de una jornada llena de música, comida y alegría. Al caer la noche, el patrón es llevado a hombros por las calles del pueblo, mientras los cohetes y las ruedas llenan el aire de color y sonido. Las Noches en la Ribera, nacidas durante la pandemia, ofrecen un espacio seguro para disfrutar de conciertos y teatro, con artistas locales que llenan de talento el festival. En agosto, el Festival de Flamenco cierra el verano con una noche dedicada a la música y danza flamenca, celebrando las raíces y el arte de la región.
José Luis Puche ha vuelto a deslumbrar con su arte en el brazalete de nuestro capitán y el cartel del partido contra el Albacete BP. Con su estilo característico, convierte cada trazo en una representación fiel de la esencia de los municipios de Málaga, fusionando cultura y sentimiento en una obra excepcional.
El artista captura la esencia de las Noches en la Ribera, un festival que nació en plena pandemia como respuesta al vacío cultural. Con una visión clara, el artista retrata la energía y el alma de un evento que reúne a músicos, actores y técnicos de Málaga, y que se celebra las noches de los fines de semana de junio bajo el lema “la cultura es segura”. Un evento modesto, pero cargado de magia, en un escenario natural, rodeado por las cañas de la ribera, que reflejan la esperanza y la fortaleza de la comunidad artística local.