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El fortalecimiento muscular reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y crónicas, como el cáncer de mama
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La cifra de las mujeres que realizan ejercicio de manera regular ha ascendido al 35% según el último estudio del INE, comparada con el 15% de 2012
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El 70% de los practicantes de fitboxing son mujeres, destacando por su enfoque inclusivo y motivador
El próximo 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, una fecha que resalta los avances y desafíos en la igualdad de género en el deporte. En este contexto, el entrenamiento de fuerza ha ganado protagonismo en los últimos años como una de las prácticas deportivas más beneficiosas para la salud, con un notable incremento en la participación femenina.
Un estudio del National Institute of Health explica que no se trata de desarrollar grandes músculos, sino de preservar la masa y función muscular, fundamentales para la salud y el bienestar. Mantener la fuerza y la masa muscular a lo largo de la vida no solo ayuda a preservar la movilidad y la independencia en edades avanzadas, sino que también contribuye a la salud cerebral y ayuda a prevenir caídas accidentales al mejorar la fuerza y el equilibrio.
Además, un análisis de AM Stimson ha demostrado que el fortalecimiento muscular reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como el cáncer de mama, cabeza y cuello, osteosarcopenia, síndrome de fragilidad, enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico.
A medida que se reconoce cada vez más la importancia del entrenamiento de fuerza, más mujeres están rompiendo barreras en disciplinas deportivas que históricamente han sido dominadas por hombres. Durante años, la imagen de la mujer fuerte ha sido rechazada por estereotipos que vinculaban la musculatura con lo masculino. Sin embargo, hoy en día, cada vez más mujeres rechazan estos mitos y encuentran en el entrenamiento de fuerza una forma de empoderamiento. Ya no se trata solo de estar en forma, sino de sentirse fuertes, seguras y capaces.
El deporte que transforma a las mujeres, empoderamiento femenino
Este cambio cultural y social ha favorecido su incursión en el ámbito deportivo, desde la alta competición hasta la práctica recreativa. Encuestas sobre salud y ejercicio del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan esta evolución: en 2012, solo el 15% de las mujeres realizaban ejercicio de manera regular, mientras que en 2022 la cifra ascendió al 35%. Un claro ejemplo de esta transformación es la creciente popularidad del boxeo sin contacto o fitboxing, una nueva modalidad deportiva por todo el mundo en el que se alternan rounds de boxeo y kickboxing.
El fitboxing ha revolucionado la manera en que muchas mujeres se acercan al deporte. Con cerca del 70% de sus 65.000 practicantes siendo mujeres, Brooklyn Fitboxing ha sido una de las cadenas que han fomentado este auge. Su propuesta innovadora elimina el contacto tradicional del boxeo y lo sustituye por golpes al saco al ritmo de la música, creando sesiones dinámicas de 47 minutos que trabajan todo el cuerpo, activan el metabolismo y generan un ambiente motivador y libre de juicios.
En palabras de Ana López, entrenadora de Brooklyn Fitboxing: “el entrenamiento de fuerza para mujeres es mucho más que solo levantar pesas. Se trata de construir una base sólida que les permita enfrentar la vida diaria con mayor energía y seguridad. Es un proceso transformador, tanto física como mentalmente.”
Más allá de los beneficios físicos, el fitboxing se ha convertido en una herramienta de empoderamiento femenino. No solo mejora la fuerza, la resistencia, la coordinación y la flexibilidad, sino que también reduce el estrés, mejora la confianza en una misma y refuerza la sensación de logro y fortaleza mental. Gracias a la combinación de ejercicio intenso con un entorno inclusivo y de apoyo, esta disciplina se ha consolidado como una opción accesible para mujeres de todas las edades y niveles de condición física, abriendo nuevas oportunidades para que más mujeres se beneficien de los efectos positivos de la actividad física.