Se presenta como un ambicioso proyecto cinematográfico que, a pesar de contar con una impresionante actuación de Timothée Chalamet, naufraga en su propia extensión y falta de narrativa cohesiva. Con una duración excesiva de 141 minutos, la pelÃcula se siente como un compendio de canciones y momentos dispares que nunca logran entrelazarse de manera efectiva, dejando al espectador con una sensación de pesadez insatisfecha.
El filme comienza con la promesa de sumergirnos en la vida de uno de los iconos más influyentes de la música. Sin embargo, pronto queda claro que el enfoque elegido por el director es más un collage de actuaciones musicales que una historia bien desarrollada. Las canciones, aunque son clásicas y han marcado épocas, no están contextualizadas de manera adecuada dentro de la narrativa, lo que provoca que la pelÃcula se sienta más como un concierto extendido que como un trabajo cinematográfico coherente. La falta de un hilo conductor sólido resulta frustrante, haciendo que la experiencia se vuelva tediosa y repetitiva.
Chamalet y su genial interpretación de Bob Dylan
La interpretación de Chalamet es, sin duda, uno de los puntos altos de la pelÃcula. Su habilidad para capturar la esencia de Dylan y su carisma natural en el escenario hacen que cada escena en la que aparece brille con una intensidad especial. No obstante, a pesar de su entrega, el talento del joven actor no puede salvar a la pelÃcula de su falta de dirección. A lo largo del metraje, nos encontramos con largas secuencias musicales intercaladas con momentos que parecen desdibujarse en la memoria. Esto crea una desconexión que impide al espectador involucrarse plenamente en la historia o empatizar con el personaje.
Uno de los problemas fundamentales de «A Complete Unknown» es que parece olvidar que, si bien la música de Dylan es rica y profunda, su vida personal y los eventos que la marcaron son igualmente fascinantes y dignos de exploración. El espectador queda con escenas que, aunque visualmente impactantes, no aportan al desarrollo del personaje ni a la comprensión de su trayectoria. La falta de un arco narrativo claro y definido hace que la pelÃcula, en lugar de ser una celebración de la vida de Dylan, se sienta como un ejercicio de estilo vacÃo.
El ritmo de la pelÃcula también es un punto de crÃtica. Las largas transiciones musicales, aunque algunas pueden considerarse artÃsticas, contribuyen a un desfase que aburre y saca al público de la experiencia. Lo que podrÃa haber sido un recorrido emocional por las distintas etapas de la vida de Dylan se convierte en una serie de ‘interludios musicales’ que, lejos de enriquecer la historia, la debilitan.
«A Complete Unknown» es un intento fútil de abrazar la complejidad de Bob Dylan a través de un formato que le queda grande. A pesar de la brillante actuación de Timothée Chalamet, la pelÃcula peca de excesiva duración y una historia inconsistente, lo que resulta en una propuesta que, aunque musicalmente enriquecedora, en términos narrativos deja mucho que desear. La promesa de una exploración profunda se pierde entre notas y acordes que no logran converger en una verdadera obra cinematográfica.
Totalmente de acuerdo con esta crÃtica, pero aun asà yo la recomiendo