Las escenas del desplazamiento de palestinos del norte al sur en Gaza, que nos fueron retransmitidas por varios canales de televisión seguido de su reciente regreso, con un espectáculo majestuoso, a sus hogares destruidos y, además, el gran apoyo del presidente estadounidense Trump a Israel con su gran discurso sobre su necesidad de expansión unida a su propuesta de trasladar a los palestinos a otros países como Egipto, Jordania e incluso España, para establecer proyectos turísticos e inmobiliarios, son lamentables.
Todos estos movimientos nos devuelven, una vez más, al pasado haciéndonos recordar los inicios de la tragedia del pueblo palestino y cómo fueron obligados a abandonar su patria. Se repiten las mismas escenas, como si fueran un déjà vu, con la única diferencia de que, hoy en día, los medios de comunicación registran y retransmiten de lo que no se informó al inicio de la tragedia.
Tierra de Palestina
La consigna para establecer el Estado de Israel fue dar una tierra sin pueblo a un pueblo sin tierra, y aquí se habla de la tierra de Palestina, que no estaba sin pueblo, sino que el pueblo palestino vivía en ella.
Ahora Trump dice que Gaza es, desde su punto de vista, un lugar maravilloso para establecer la Riviera del Medio Oriente. Habla con la misma lógica que años atrás se habló sobre Palestina, es decir, ignorando por completo a quienes realmente viven en ella, ya que, para él, en la actualidad, es una tierra sin pueblo, y menosprecia a los que realmente viven allí indicándoles que simplemente pueden ser trasladados a cualquier otro lugar.
Las escenas se repiten sin duda. Si algo bueno tiene lo ocurrido es que ahora ha quedado claro lo que pasó en el pasado. Los nombres y las personas cambian, pero el acontecimiento es el mismo y el apoyo occidental es el mismo, un apoyo incondicional que no sabe de valores ni de justicia. Y Trump se pregunta, ¿por qué nos odian los musulmanes?
El desplazamiento de los palestinos, después de que la ocupación destruyó sus hogares, nos recordó lo que sucedió en 1948. Estos nuevos acontecimientos, nos hacen rememorar recuerdos amargos. Por mucho que nos doliera, nos entristeciera y nos trajera recuerdos amargos; por mucho que las escenas de su regreso nos hicieran felices, incluso volviendo a sus hogares destruidos, es el regreso con el que siempre habían soñado los palestinos. Un regreso para toda Palestina y no sólo dentro de la Franja de Gaza.