La biodiversidad de nuestro planeta es el resultado de una larga evolución en la que actualmente hay millones de especies. A pesar de tener este tesoro de valor incalculable, muchas especies han desaparecido y miles de ellas se encuentran en un estado de vulnerabilidad y amenaza.
Conscientes de la gravedad de la situación, en las últimas décadas ha incrementado el número de iniciativas de conservación de la biodiversidad, incluyendo las campañas de sensibilización y educación del público general. Para apoyar esas iniciativas, la tecnología ha jugado un papel clave, siendo los datos satelitales uno de los más destacados.
El papel de los datos de teledetección en la conservación de la biodiversidad
Conservar la biodiversidad requiere de muchos datos, y dado el tamaño de nuestros ecosistemas, obtener datos sobre el terreno, en muchos casos, no solo es ineficiente, también es muy costoso. Los datos espaciales son una excelente forma de recopilar información a distancia y, sin embargo, en la actualidad siguen siendo infrautilizados por las comunidades y organizaciones dedicadas a la investigación y conservación de la biodiversidad.
Además de aportar datos muy valiosos, la teledetección tiene la ventaja de permitir una monitorización continua de los cambios que se van produciendo, algo muy útil tanto para ver los resultados positivos de los esfuerzos de conservación como los efectos negativos de actividades humanas como la tala ilegal o la reconversión de zonas boscosas en tierras agrícolas.
El análisis geoespacial de los datos obtenidos por satélite ayuda a desarrollar estrategias para mitigar posibles impactos negativos en el medioambiente, evaluar si las prácticas utilizadas son lo suficientemente útiles y promover otras sostenibles. Al captar grandes áreas y ofrecer una visión holística y detallada de la situación, la toma de decisiones se basa en datos objetivos y no en suposiciones o información incompleta.
Principales desafíos de la biodiversidad
Los principales retos a los que se enfrenta la biodiversidad del planeta son diversos, aunque casi todos ellos tienen la mano del hombre detrás de un modo u otro. Aunque algunas de ellas suceden a una escala menor o de forma independiente en distintas partes de la Tierra, la interconexión entre todas ellas da como resultado final un impacto enorme y duradero.
Cambio climático
El cambio climático perturba los ecosistemas naturales y supone una grave amenaza para su prosperidad. Estas perturbaciones, especialmente en los casos más extremos, pueden forzar a las especies a adaptarse o tener que migrar, provocando cambios en su distribución, alteraciones en las interacciones entre diferentes especies y la posible extinción de aquellas que no puedan hacer frente a los cambios.
Los problemas más evidentes del cambio climático son las alteraciones en el régimen de lluvias, el incremento de la temperatura a nivel mundial o el aumento e imprevisibilidad de los fenómenos meteorológicos extremos. Aunque todos ellos son muy destructivos, el aumento de la temperatura es el que más preocupa por sus implicaciones en los océanos, los bosques y la atmósfera. Además, los cambios que genera el aumento de las temperaturas provocan alteraciones a largo plazo difíciles de revertir.
Contaminación
Pese a los enormes esfuerzos actuales, la contaminación del aire, el suelo y el agua sigue siendo un gran problema en muchos países del mundo. Desafortunadamente, una buena parte de esa contaminación del suelo y el agua viene de la agricultura, todavía anclada en sistemas tradicionales en muchos lugares y donde el uso de productos químicos es indiscriminado. La calidad del aire también se ve claramente perjudicada, especialmente en los entornos industriales y las zonas que siguen dependiendo de combustibles fósiles.
Todos estos problemas conducen a la destrucción del medioambiente y sus ecosistemas, el desplazamiento de especies a zonas menos afectadas, y la disminución de ejemplares o incluso la extinción de algunas de ellas.
Pérdida de hábitat
La minería, la agricultura, la explotación sin control de las masas forestales suponen un gran problema para los hábitats naturales. Se estima que desde 1990 se han perdido más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados de bosque en todo el mundo y cerca del 80% de las especies en peligro de extinción se encuentran en este hábitat.
Asimismo, la construcción de infraestructura, como carreteras o vías ferroviarias, secciona y divide el ecosistema, dejando trozos aislados y dificultando acciones como el desplazamiento de los animales o la dispersión de semillas.
Especies invasoras
A lo largo de la historia, bien por necesidad, capricho o descuido, los seres humanos han introducido especies provenientes de sus zonas de origen en los hábitats de su destino. En algunos casos, esas especies han podido vivir de forma armónica con las especies autóctonas, pero en otros han supuesto un auténtico desastre.
Algunas especies no autóctonas tienen más posibilidades para cazar u obtener recursos que su contraparte autóctona, provocando un claro declive en las poblaciones locales y alteraciones graves en los ecosistemas locales. Algunos ejemplos conocidos de especies invasoras son la avispa asiática en Europa, el caracol gigante africano en Sudamérica y Centroamérica o el conejo europeo en Australia y Nueva Zelanda.
Sobreexplotación
La sobreexplotación de algunas especies, especialmente en la pesca, es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad. Se estima que alrededor del 80% de las poblaciones de peces del mundo ya están siendo sobreexplotadas y cerca del colapso. Diversas especies de tiburones, atunes y peces espada ya se encuentran en esta complicada situación y se teme que sus poblaciones no puedan recuperarse a menos que se adopten medidas urgentes.
Algunas especies extinguidas en el pasado tuvieron en la sobreexplotación (caza y pesca) el principal motivo de su desaparición, como el dodo en isla Mauricio, la vaca marina de Steller en el Pacífico norte cerca del estrecho de Bering o la paloma migratoria en Norteamérica.
La biodiversidad de la Tierra está en grave peligro y para conservarla se ha de hacer frente a estos y otros problemas. Dada la magnitud de la tarea, contar con tecnología avanzada es la única forma de lograr revertir la situación. Dentro de esta tecnología, el análisis espacial de datos satelitales se antoja vital para lograrlo, gracias a su capacidad para ofrecer información relevante de forma continua y la disponibilidad de datos históricos.