Si tienes en casa un jardín pequeño o tienes un campo de cultivo, elegir el sistema de riego adecuado es clave para aprovechar el agua, el tiempo y para lograr un buen resultado final. En esta entrada te explicamos cuáles son las opciones más comunes y cómo elegir la que más te conviene según tus necesidades.
¿Qué debes tener en cuenta antes de instalar un sistema de riego?
Antes de que comiences a ver sistemas de riego, hay algunas preguntas que deberías hacerte:
- ¿Cuánto espacio necesitas regar? No es lo mismo un pequeño jardín que un campo entero.
- ¿Qué tipo de plantas tienes? No es igual regar un césped que un huerto.
- ¿Qué uso le das al terreno? Un césped en el que tomas el sol no tiene las mismas necesidades que un cultivo del que quieres obtener la máxima producción.
- ¿Qué tan fácil es el acceso al agua? Algunos sistemas son más eficientes en lugares donde el agua escasea.
- ¿Cuál es tu presupuesto? Hay opciones para todos, desde soluciones básicas hasta sistemas de riego automático con tecnología de punta.
Riego por aspersión
Básicamente, el sistema de riego por aspersión utiliza aspersores que lanzan agua en forma de lluvia, cubriendo áreas amplias con uniformidad. Es el sistema clásico y uno de los más usados porque sirve para muchas cosas, desde césped hasta grandes zonas verdes o cultivos.
Funciona bien porque, al regar de manera uniforme, cada rincón recibe agua; es perfecto para terrenos grandes, como jardines amplios o campos de fútbol; y puedes regularlo fácilmente según las necesidades de tus plantas.
Eso sí, ten cuidado con el viento. Si tu terreno está en una zona donde sopla fuerte, el agua podría no llegar donde quieres o evaporarse antes de tocar el suelo. Por esto, lo mejor es que, si tienes dudas sobre cómo instalarlo, consultes con una buena empresa de riego que pueda guiarte.
Riego por goteo
Si quieres cuidar cada planta como si fuera única, el riego por goteo es tu mejor decisión. Es un sistema muy eficiente porque lleva el agua directamente a las raíces de las plantas, gota a gota, sin desperdicio.
Este sistema es ideal para huertos, jardines con arbustos o terrenos donde cada planta tiene su lugar. Sus ventajas más importantes son que reduce el desperdicio de agua, porque solo riega donde realmente hace falta, y mantiene la humedad constante, lo que es conveniente para plantas que necesitan cuidados más delicados.
No obstante, ten en cuenta que el sistema necesita un mantenimiento constante para evitar que los goteros se tapen.
Sistemas de riego automático
Si eres de los que prefieren olvidarse del riego, pero sin descuidarlo, los sistemas de riego automático son más convenientes para ti. Este tipo de sistemas te permiten programar cuándo y cómo se riega tu terreno, ahorrándote tiempo y optimizando el uso del agua.
Resultan ventajosos porque puedes configurar horarios para regar en las horas más frescas del día, algunos modelos incluso detectan si ha llovido para evitar riegos innecesarios y se adaptan a casi cualquier terreno, desde jardines pequeños hasta campos grandes.
Por ejemplo, instalar sistemas de riego para césped automáticos puede ayudarte muchísimo, porque estos sistemas te aseguran que el agua se distribuya de forma pareja, ayudando a que tu césped se mantenga verde y saludable sin que tengas que mover un dedo. Y lo mejor es que hoy en día puedes controlar muchos de estos sistemas desde tu dispositivo móvil.
Otros métodos
Además de los anteriores, hay otros métodos que podrían ajustarse a lo que necesitas:
- Riego subterráneo: Es similar al riego por goteo, pero los tubos van enterrados para llevar el agua directamente a las raíces. Es muy discreto, eficiente y funciona bien para césped.
- Riego manual: Para terrenos pequeños o plantas muy específicas, regar a mano sigue siendo una opción válida. Es barato y hasta relajante.
Con tantas opciones no hay excusa para que tu terreno no luzca increíble. Con la asesoría de una empresa de riego, puedes elegir el sistema que más se adapte a tus necesidades.