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viernes, enero 3, 2025

2024 termina con menos ecosistemas fluviales en Málaga

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Cuando aún los ríos no se han recuperado de la gran destrucción de los ecosistemas fluviales llevada a cabo en 2020, el descubrimiento de los diques del Río Castor ha sido, quizá, el acontecimiento más traumático que hayamos podido padecer los que defendemos la naturaleza. Medio kilómetro de un río virgen arrasado bajo las máquinas en un espacio natural protegido, con nocturnidad y alevosía, sin exposición pública y sin evaluación ambiental.

El otro punto negro estuvo en Villanueva del Trabuco, en el conocido paraje de la Fuente de los Cien Caños, donde la Junta volvió a eliminar un bosque de ribera bien conservado sin justificación alguna y que pretende compensar creando piscinas para ranas.

Arroyo del Higueral aguas abajo de la Fuente de los Cien Caños, en el tramo intervenido y en el tramo sin intervenir

Y es que las charcas para anfibios se han convertido en una excusa para destruir ecosistemas fluviales, en una suerte de despotismo conservacionista llevado a cabo por ignorantes en herpetología y en la conservación de los hábitats naturales.

Charca para anfibios en un arroyo del monte Jardón (Valle del Genal)

También hemos comprobado cómo los técnicos de la administración validan todas estas actuaciones, demostrando que no sólo los políticos son responsables de la destrucción medioambiental sino que los propios funcionarios agarrados a su puesto la justifican con argumentos, en unos casos, totalmente peregrinos y, en otros, reflejando una absoluta ignorancia en la materia que gestionan. Muchos hacen de su espacio natural protegido un cortijo para ajardinarlo a su gusto. Aquéllos en los que pudimos confiar en su día se han comportado de un modo totalmente decepcionante, por lo que queda menos gente honesta que valga la pena dentro de la administración y, quizá, como en otras ocasiones, no sea dentro de la administración donde se pueda trabajar más por defender el medio ambiente.

En este año que termina también se ha reforzado la figura del voluntario institucional, que busca la colaboración con la administración en prácticas de greenwashing o propaganda verde, típicamente mediante plantación de árboles sin fundamentación científica, pero también mediante otras formas, incluyendo las piscinas de ranas en lo concerniente al ámbito fluvial. En general, se trata de personas de una gran ingenuidad que desconocen los más mínimos fundamentos sobre ecología y biodiversidad y con escasa implicación en la lucha contra la destrucción medioambiental, aunque no faltan entre ellos personas con títulos universitarios en ciencias de la vida, lo que demuestra, una vez más, lo poco que significa tener un título sin currículo.

Otro asunto que nos ha asaltado en 2024 ha sido la pretensión de la Junta de concesionar el Dominio Público Hidráulico del Río Chíllar. Qué duda cabe de que el acceso al Río Chíllar necesita de un control pero ya se aplican otras formulas de limitar el acceso de personas en espacios protegidos que no pasan por la concesión de un dominio público como el hidráulico, lo cual abriría una puerta muy peligrosa.

Cahorro del Río Chíllar

En cuanto a la divulgación, los medios de prensa convencionales prefieren dar la voz a las intervenciones en ríos que destruyen ecosistemas y que crean falsa sensación de seguridad frente a las inundaciones, como es la construcción de presas, antes que soluciones de restauración fluvial y respeto de las zonas inundables, como las promovidas por la Fundación Nueva Cultura del Agua o el Centro Ibérico de Restauración Fluvial. Aunque este mensaje sí que se ha escuchado en medios nacionales, en los de Málaga tal mensaje ha pasado completamente inadvertido.

A nivel general, la DANA de Valencia ha demostrado en qué consiste el Cambio Climático, algo que ya venimos comprobando en Málaga desde 2016 aunque sin tan nefastas consecuencias. El problema es que no puede combatirse el Cambio Climático dentro de un sistema capitalista.

Igualmente cabe lamentar el fallecimiento temprano de Abel Lacalle, una de las personas que más ha contribuido en España a la conservación de los ríos. Su legado y su memoria serán recordados por nosotros por siempre.

No obstante, sí cabría celebrar la aprobación de la Ley de la Restauración de la Naturaleza que promueve la recuperación de 25.000 km de ríos en la Unión Europea, pero en Málaga no se aplica ni tan siquiera las leyes que protegen los hábitats fluviales, y la Red Natura 2000 se ha reconocido como de los peores espacios protegidos para conservar la biodiversidad. Los técnicos de medio ambiente hacen la vista gorda y se desentienden cada vez que se eliminan hábitats fluviales en espacios de su competencia.

En lo personal, cabe destacar el señalamiento público hacia mi familia por parte de un funcionario de la Junta de Andalucía y apoyado, también, por otros funcionarios de la administración, algún alcalde, sorprendentemente también por algunos profesores de universidad y, cómo no, por voluntarios institucionales. Una línea roja soportada por el político de turno pero que ha permitido delatar la actitud de otras personas cercanas que desconocíamos.

Dentro de los ataques personales también conviene resaltar la entrada de este medio en la trolesfera, lo que hace resaltar la importancia de lo que aquí se publica. Como es habitual, los trolls aparecen, sueltan mentiras con ánimo de desacreditar y desaparecen. No merece la pena destinar muchos esfuerzos en desmentir esos comentarios porque son sólo eso, mentiras. Las personas que verdaderamente valen la pena saben que eso no es cierto. Aunque no está de más advertir de que los que intervienen no son sólo los voluntarios institucionales sino también funcionarios de la Junta de Andalucía, lo que refuerza el mensaje de los colectivos sociales fuera de una instancia que termina archivada en un cajón, porque lo que aquí se publica sí que les llega a los que les tiene que llegar.

Así que, en el 2025 se plantea una mayor destrucción fluvial motivada por la DANA de Valencia que alienta soluciones intervencionistas, dañinas e ineficaces ante eventos catastróficos pero que es una respuesta fácil para técnicos y políticos ante reclamaciones populares. A pesar de haber campañas ingeniosas para desmentir estos mensajes manidos y recalcitrantes, parece difícil que se implanten no sólo en Málaga sino en toda Andalucía, por la inercia que tiene, lo que ya se viene haciendo en otras regiones.

El ayuntamiento de Marbella plantea restaurar el tramo urbano del Río Guadaiza pero, hasta el momento, no ha permitido examinar el proyecto, por lo que no es posible evaluarlo.

Se siguen planteando dos presas en la provincia, en los ríos Guadiaro y Grande, pero su tramitación es lenta y no inmediata.

El regadío sigue expandiéndose por toda la provincia, y por toda Andalucía, y las autoridades medioambientales hacen poco para controlarlo, como ya sucedió en la Axarquía, aunque la sequía extrema ha evidenciado la limitación de ese territorio y que no por hacer una presa grande se va a tener más agua, como ha demostrado el Embalse de la Viñuela.

El pico del petróleo a penas se nota en España, sólo un poco en el precio de los carburantes y algunos productos, aunque es evidente en la mayor parte del mundo. Cuando la situación asfixia, las sociedades se agarran a la ultraderecha, que dinamita toda clase de política medioambiental. Sin embargo, estas soluciones desesperadas es difícil que traigan prosperidad en un escenario de decrecimiento energético. Sólo cabe desear que la sociedad española, aprovechando este periodo de bonanza económica, aprenda de lo que ocurra en otros países para no encomendarse a soluciones poco democráticas.

En cuanto a lo personal, no descarto emprender acciones legales hacia los que han compartido información de mi familia, especialmente si hay coacciones de alguna clase.

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1 COMENTARIO

  1. Como vecino y usuario del monte público de sierra Bermeja, debo decir que he visto muchas de las actuaciones que denuncias pero no comparto lo que expones de degradar o destrozar vegetación de ribera ya que dichas actuaciones se han llevado a cabo en tramos de carril que son cruzados por los arroyos, una vez pasan unos meses, la naturaleza hace suyo estás estructuras, beneficiándose la flora y fauna ante una mayor retención de agua que en el cauce natural.
    Por otro lado me gustaría destacar las ventajas de estos pequeños azudes, que desde mi punto de vista, son varias:
    1. Frenan la velocidad del agua en su rápido descenso por las fuertes pendientes de Sierra Bermeja, lo cual en episodios de fuertes lluvias permite reducir la capacidad de erosión sobre los carriles del monte público en los que están construidos (evitando así las pertinentes actuaciones de maquinaria pesada y operarios para arreglarlos)
    2. Como se ejecutan sobre arroyos que mantienen al menos un mínimo flujo de agua, una vez llenadas las piscinas de ranas, el agua continúa su curso pero se ofrece con ellos un espacio permanente de agua, también en la estación seca para la fauna local. Existen especies que no pueden salvar estás barreras naturales pero antes comentaba que estás construcciones las he visto solo sobre los carriles, el daño ya estaba hecho.
    3. En el caso de lluvias extraordinarias, conseguimos también frenar la violencia del agua en su descenso, en muchos casos los arroyos de Sierra Bermeja cruzan Estepona, minimizandose con estás actuaciones el riesgo de inundaciones en dicha localidad.

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