El 22,6% de la población adulta que vive en Andalucía se siente sola en este momento y el 16,3% sufre soledad crónica, según evidencia un estudio de Fundación ONCE y Fundación AXA elaborado en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES) y presentado este jueves en Sevilla.
Titulado ‘Barómetro de la Soledad no Deseada en Andalucía 2024’, el trabajo se enmarca en el estudio ‘Barómetro de la Soledad no Deseada en España 2024’ y constata que el porcentaje de andaluces que afirman sentirse solos en este momento (22,6%) es ligeramente superior al de la media nacional (20%), algo que ocurre también con el de quienes sufren soledad crónica (16,3%), frente al 13,5% del barómetro estatal.
El informe andaluz apunta que existe una soledad crónica o de larga duración y que, además, es más duradera que en el resto de España; que el aislamiento involuntario afecta más a mujeres que a hombres, una diferencia que es también más acentuada que en el conjunto del Estado, y que, como en el resto del país, lo sufren más los jóvenes que los mayores. Además, en esta comunidad autónoma, el porcentaje de ciudadanos con discapacidad que se sienten solos supera en diez puntos al del resto del país.
El estudio se dio a conocer este jueves en un acto celebrado en el pabellón de Fundación ONCE en Sevilla y contó con la presencia de Rocío Barragán, directora general de Personas Mayores, Participación Activa y Soledad no Deseada de la Junta de Andalucía; Cristóbal Martínez, delegado de la ONCE en Andalucía, Ceuta y Melilla, y Josep Alfonso, director general de Fundación AXA.
Tal y como explicaron sus impulsores, el objetivo del trabajo es identificar la prevalencia de la soledad no deseada en Andalucía, indagar en las posibles causas o correlaciones y conocer la opinión de la población andaluza sobre el fenómeno del aislamiento involuntario, comparando en qué medida la prevalencia y la percepción de la soledad difieren entre esta comunidad y el conjunto de España.
Para lograr este propósito, se han llevado a cabo un total de 2.900 entrevistas telefónicas a residentes en España mayores de 18 años, de las que 400 vivían en Andalucía, con preguntas sobre su perfil (sexo, edad, nivel educativo, situación laboral, hábitat, estado de salud, discapacidad u otras cuestiones) para comparar así los resultados de las personas que se sienten solas con las que no manifiestan este sentimiento y los resultados a nivel nacional.
El estudio
Con todos los datos obtenidos, a nivel nacional, el ‘Barómetro de la Soledad no Deseada en España 2024’ concluye que el del aislamiento involuntario es en este momento “un problema persistente”, ya que dos de cada tres personas (67,7%) que confiesan estar en esta situación llevan conviviendo con ella desde hace más de dos años y un 59% desde hace más de tres. Esto significa que en España la soledad crónica (personas que sufren soledad desde hace dos o más años) se sitúa en el 13,5% de la población.
En el caso de Andalucía, el número de personas que afirman sufrir soledad no deseada es del 22,6%, 2,6 puntos superior a la media nacional, y la duración de este aislamiento es mayor que en el conjunto del país. Así, el 72,3% de los andaluces que sienten soledad sin quererlo llevan en esta situación desde hace más de dos años, cifra superior a la media nacional (67,7%) y el 67,1% desde hace más de tres, frente al 59% del conjunto de España.
Por otra parte, el estudio, realizado por la consultora Fresno, the right link, apunta que la diferencia en el sentimiento de soledad entre mujeres y hombres es en este territorio de 10,2 puntos porcentuales, lo que supone que es más elevada que en el conjunto del país, donde el aislamiento involuntario de ellas es 3,8 puntos superior al de ellos. Concretamente, en Andalucía dicen sufrir soledad no deseada el 27,6% de las mujeres frente al 17,4% de los hombres, mientras que en el resto del Estado viven en esta situación el 21,8% de las ciudadanas y el 18% de los ciudadanos.
Respecto a la edad, el patrón de la soledad no deseada en Andalucía es muy similar al del resto de España, de forma que se caracteriza por afectar más a los jóvenes que a los mayores y por disminuir a medida que aumentan los años. De este modo, las personas de entre 18 y 34 años, con un 30,2% de afectados por aislamiento involuntario, constituyen el grupo etario que más soledad acusa en Andalucía, seguido por el de 35 a 54 años, con un 21%, y por el de 55 y más años, con un 19%.
Por otra parte, el trabajo subraya que existen factores que implican una mayor probabilidad de padecer soledad no deseada, como tener dificultades económicas, ser joven, tener origen extranjero o vivir con discapacidad.
En este sentido, los datos indican, por ejemplo, que en Andalucía la desigualdad económica tiene un mayor efecto que en el conjunto del país. Así, en relación con la actividad, la diferencia de prevalencia de la soledad entre las personas ocupadas y no ocupadas es mayor en esta comunidad que en el conjunto de España (24,4 puntos porcentuales de diferencia, frente a 20,1, respectivamente).
En la misma línea, la diferencia de prevalencia de la soledad entre las personas que llegan con facilidad a final de mes y las que lo hacen con dificultad es algo mayor en Andalucía que en el conjunto de España (18,9 puntos frente a 16,8). Así, la prevalencia de la soledad no deseada de los ciudadanos con dificultades para llegar a fin de mes es del 32,5% (30,1% a nivel nacional).
Con respecto al binomio soledad y discapacidad, el informe pone de manifiesto que en tierras andaluzas la prevalencia de aislamiento involuntario entre las personas con discapacidad supera en diez puntos a la media nacional (60,5% frente a 50,6%).
En cuanto a la salud, física o mental, y la soledad no deseada, Andalucía muestra patrones similares a los del resto de la población. Así, los andaluces tienen una percepción algo menos marcada que el conjunto de los españoles sobre los efectos de la mala salud en el aislamiento. Y si esta salud es mental, la cifra de ciudadanos afectados además por soledad es similar en esta región y en el resto del Estado. Así, el 51,2% de las personas con problemas de salud mental sufren soledad.
El trabajo se fija también en la procedencia de los ciudadanos y el sentimiento de soledad no deseada y señala que la relación del origen con el aislamiento involuntario es menos intensa en Andalucía que en el conjunto del país. De esta forma, la brecha de soledad entre quienes tienen y no tienen origen extranjero es menor en Andalucía (6,5 puntos porcentuales) que en todo el país (14,7 puntos).
Otro aspecto que analiza el estudio es el de la soledad, el hábitat y el hogar. En este punto, concluye que en Andalucía el aislamiento involuntario es más elevado en las ciudades de menor tamaño (de entre 20.000 y 100.000 habitantes) y en los hogares unipersonales.
PERCEPCIÓN
Finalmente, el informe se centra en el análisis de la percepción que tiene la sociedad sobre la soledad no deseada y sostiene que, en Andalucía, como en el resto del Estado, existe una percepción generalizada (95,9%) de que el aislamiento involuntario es un problema social cada vez más importante, visión similar a la media nacional (95,1%).
A este respecto, el trabajo añade que dos de cada tres andaluces (67,7%) conocen a otras personas que pueden sentirse solas sin desearlo, resultado algo inferior a la media nacional (68,2%). Pero, pese a todo esto, la gran mayoría de la sociedad andaluza (91,6%) considera que la soledad es un problema invisible, opinión algo superior en el conjunto del país (93,3%)
Y para acabar con esta invisibilidad, el 87,9% de los encuestados andaluces, como el resto de los españoles (90,1%), consideran que la lucha contra la soledad no deseada debe ser una cuestión prioritaria de las administraciones públicas. Concretamente, atribuyen a las ONG y a los ayuntamientos la mayor responsabilidad en este sentido, si bien los ciudadanos de Andalucía señalan al Gobierno central, seguido del autonómico, como máximo responsable en esta tarea.
En cualquier caso, los andaluces entienden que, junto a las administraciones, debe colaborar la sociedad en su conjunto a la hora de prevenir y combatir la soledad no deseada. A este respecto, el 80,3% de ellos afirma realizar acciones que ayudan a combatir el aislamiento, dato similar al de la media nacional (79,1%).