Los gorriones de Madrid desafían la selección natural como único proceso de adaptación evolutiva, según desvela un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que también confirma que la selección natural no es el único camino hacia la adaptación de las poblaciones animales.
Según describió la UCM este martes, el trabajo revela que la selección de hábitat basada en el rendimiento permite a los animales elegir el entorno en el que mejor encajan sus características como, por ejemplo, el tamaño de su pico. Es decir, donde mejor rinden.
De este modo, “pueden adaptarse”, detalló el investigador de la UCM en el momento del estudio y actualmente en el Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos de Portugal Gabriel Munar Delgado.
Cuando los animales eligen su hábitat en función de sus características individuales son capaces de esquivar la selección natural. No siempre hace falta que solo los más aptos sobrevivan y se reproduzcan para que las poblaciones animales se adapten. “Si todos son capaces de elegir su hábitat óptimo, las poblaciones también se adaptan”, enfatizó Munar-Delgado.
El trabajo, publicado en la revista ‘Current Biology’, se realizó en la reserva ornitológica del Encinar de San Pedro de la Casa de Campo de Madrid durante los años 2021 y 2022. Allí, los investigadores de la UCM monitorizan la población de gorriones molineros desde hace una década revisando las cajas nido instaladas en la zona.
Para llevar a cabo el experimento, los investigadores equiparon a los gorriones con una pequeña anilla de plástico en una de sus patas que contenía un microchip, similar al de las mascotas, con un código de identificación único para cada uno.
En otoño de 2021, los investigadores instalaron comederos electrónicos inteligentes en dos áreas distintas dentro del Encinar de San Pedro. Estos comederos, que normalmente permanecían cerrados, se abrían automáticamente al detectar ciertos microchips. Se programaron de tal manera que, en una de las zonas, solo la mitad de los gorriones podían acceder a las semillas, mientras que, en la otra zona, el acceso estaba restringido a la otra mitad.
Además, las cajas nido instaladas también fueron trasladadas a estas dos áreas y fueron equipadas con lectores de microchips para poder registrar dónde criaban los gorriones, según apuntó la UCM.
De este modo, los gorriones exploraron y descubrieron las zonas donde podían obtener semillas de los comederos, utilizándolos hasta su época de cría, en primavera-verano de 2022. Durante este tiempo, los investigadores revisaron los datos de los lectores de las cajas nido y observaron en qué zona habían criado a sus polluelos los gorriones que tenían acceso a las semillas en una de las dos zonas.
(SERVIMEDIA)