Anoche tuve una visión mientras quemaba incienso en el mihrab de la mezquita de Al Azhar en El Cairo cuando, al mismo tiempo, también estaba quemando incienso mi más querida amiga de Madrid, pero en el altar de la iglesia de la Almudena. Ambos dijimos la palabra paz, cada uno en su idioma, y así se unieron en el cielo los humos de los inciensos formando un arco enorme encima del Mediterráneo. He descubierto que no fue el único, sino uno entre muchos que unieron templos de budistas, sinagogas, iglesias y mezquitas.
A mi amiga madrileña Fanny Sánchez.
Este microrelato es la dedicatoria que forma parte del libro que escribí «El Puente» publicado en España en dic. 2018.