Dicen las malas lenguas que la belleza esta reñida con la inteligencia, pero cuantas veces, ha caído por su propio peso, este dicho, demasiado habitual en todas las culturas y épocas.
Son muchos los ejemplos que hay a lo largo de la historia, en todos los campos, mujeres científicas, escritoras, médicas y algunas de ellas de una gran belleza…
Si nos pidieran que nombráramos a personas relevantes en estos campos, nos vendrían a la mente muchos, pero todos hombres, después poco a poco iríamos citando a estas mujeres, cuya fuerte personalidad les llevo a conseguir aquello que querían, con mucho esfuerzo y tesón, dada la época en que vivieron. Aún hoy día es complicado. El rol asignado a una fémina, cuesta mucho ser derrocado.
Marie Curie suele ir en primera fila, la gran olvidada es Rosalind Franklin que descubrió la estructura del ADN, y que me dicen de Hipatia de Alejandría que fue autora de “Comentarios al Algebra de Diofanto”.
Y si hablamos de Ada Lovelace, la primera mujer programadora, cuyo nombre fue dado a uno de los primeros lenguajes de programación, Dorothy Crowfoot Hodgkin, entre la arqueología y la química y una larga lista que aún queda por escribir.
Pero hoy toca escribir y leer sobre Hedwig Eva María Kiesle que más tarde sería nombrada como Hedy Lamarr, una gran desconocida.
Hace cien años que nació, mujer, actriz e inventora austriaca. Su carrera en el cine fue sellada por el primer desnudo y el primer orgasmo simulado, en concreto en la película éxtasis en el año 1933.
Era una estudiante superdotada, comenzó su carrera de ingeniería que abandonó al cabo de tres años, sustituyéndolo por el teatro en la ciudad de Berlín.
Fue prometida en matrimonio por sus padres en contra de su voluntad, posteriormente se referirá a ello, como una época de esclavitud.
Su marido se dedicaba a suministrar municiones a Hitler, nada más casarse intentó por todos los medios hacerse con la propiedad de todas las copias distribuidas de la película en la que su mujer aparecía desnuda. Era muy celoso y la obligaba a permanecer encerrada en casa bajo un estricto control, pasear y asistir a fiestas estaba totalmente restringido teniendo que ser acompañada de su marido. Sólo podía bañarse o desnudarse cuando su marido estuviera presente.
Aprovechó esos tiempos de soledad extrema para terminar sus estudios de ingeniería y utilizó sus dotes de persuasión para sonsacar a los colaboradores de su marido importantes secretos sobre la tecnología armamentística, que posteriormente cedería a Estados Unidos.
Ideó y patentó la idea de conmutación de frecuencias.
Más tarde mantuvo una relación sentimental con su criada que le sirvió de ayuda para poder escapar un tiempo después, de su prisión.
Huyó en tren hasta París y desde allí tomó un barco hasta Estados Unidos, durante la travesía conoció a Louis B. Mayer empresario de Metro Goldwyn Mayer, al llegar a tierra tenía un contrato y un nuevo nombre Hedy Lamarr.
Su fama la permitió viajar a Hollywood donde rodó varias películas, Algiers, Camarada X, Noche en el alma, Pasión que redime y Sansón y Dalila, entre otras. Unas treinta en total.
Quiso probar también la pintura de manera esporádica como aficionada y fue coleccionista de arte.
El primer uso conocido de su patente se dio en la crisis de los misiles en cuba en el año 1962. Se usó este sistema en el control remoto de boyas rastreadoras marinas.
Posteriormente se incorporó su técnica a los ingenios utilizados en la guerra de Vietnam. En la década de 1980 cuando el sistema estadounidense de defensa por satélite militar lo incluyó en su proyecto.
Fue ya con la irrupción masiva de la tecnología digital a comienzos de esa década, cuando, la conmutación de frecuencias permitió implantar la comunicación de datos WIFI.
Lamarr murió en Florida el 19 de enero de 2000. Su hijo trasladó las cenizas a Viena, expreso deseo de su madre.
El día del inventor se celebra el día de su nacimiento 9 de noviembre, en su honor.00
@María José Luque Fernández artículo
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