Al igual que la mayoría de pueblos y ciudades, Cartajima ha concluido una Semana Santa atípica a causa de las esperadas y necesarias lluvias de los últimos días.
Este año ninguna de las seis procesiones que se realizan tradicionalmente en Cartajima ha podido salir a la calle, aunque en el interior de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario se han llevado a cabo diferentes actos religiosos que se han vivido con solemnidad, fervor y recogimiento. Además, como es habitual, numerosos vecinos y vecinas que residen fuera del pueblo por diversas circunstancias han regresado para celebrar la Semana Santa, por lo que el municipio ha disfrutado de jornadas de reencuentros y convivencia.
El punto y final a la Semana Santa se puso ayer pasado el mediodía con una misa oficiada por el párroco Andrés Conde en la iglesia, ya que el tiempo no permitió realizar las tradicionales Cortesías, fiesta declarada de Singularidad Turística Provincial y nombre que se le da a la procesión en la que se representa el encuentro entre la Virgen del Rosario y el Niño Jesús, que se produce en la calle Ancha.
El pasado año se dio la circunstancia de que, por primera vez, el trono del Niño fue portado por mujeres del municipio tanto en el momento de las Cortesías como en su traslado hasta el templo, un hecho que se intentará que se convierta en tradición.
Tras la misa del Domingo de Resurrección, Cartajima cerró su Semana Santa 2024 con un almuerzo colectivo que tuvo lugar en el salón de la Plaza Virgen del Rosario, donde acudieron gran cantidad de personas. En este punto, desde el Ayuntamiento de Cartajima se ha agradecido el trabajo y la implicación de la asociación de jóvenes ‘La Unión Cartajimeña’ durante la Semana Santa y en la organización del almuerzo. De igual modo, el Consistorio ha agradecido la participación vecinal así como la labor de las hermandades del municipio.