Varios colectivos ecologistas malagueños denuncian la situación de deterioro en la que se encuentra el río Guadalmedina, así como la contaminación por vertidos y toallitas, la falta de limpieza del cauce, el crecimiento incontrolado de especies vegetales invasoras o la propuesta de iluminar las bermas.
Los colectivos Andalimpia, Amig@s del Mar, Cel Fosc, Ecologistas en Acción Ciudad de Málaga, Fridays For Future y Greenpeace se han unido para reclamar la renaturalización del tramo urbano del río hasta el Puente de Armiñán en la margen derecha; el rechazo de la iluminación artificial de las bermas y que la iluminación que ya afecta al cauce desde las vías urbanas que lo flanquean sea sustituida por una más respetuosa con el entorno; acabar con los vertidos de aguas fecales que traen las toallitas desde diferentes arroyos (separación efectiva de aguas pluviales y fecales); la limpieza manual asidua y cuidadosa del cauce respetando su biodiversidad y la vida animal y vegetal que en él existe; el control manual de las especies invasoras; y la puesta en marcha de campañas de educación y concienciación a la ciudadanía (centros educativos y personas adultas) acerca del valor que tiene el río y cómo cuidarlo (esto incluye evitar tirar toallitas por el retrete).
Denuncian que el Ayuntamiento se comprometió a realizar las tareas de mantenimiento de las bermas y el cauce tras la entrega de las obras de Restauración del Parque Fluvial que ejecutó la Junta de Andalucía. Sin embargo, las organizaciones destacan que sólamente están atendiendo labores de jardinería en las bermas. Mientras tanto, no parece que el Ayuntamiento esté realizando ninguna labor sobre el cauce, a tenor de la acumulación de basura y la proliferación de especies vegetales invasoras como el ricino. El consistorio tampoco está actuando sobre los álamos que, por falta de riego en la primera etapa de la renaturalización, se secaron y no se están reponiendo.
En el marco de esta reclamación, estos colectivos realizaron una limpieza de basura el pasado sábado 4 de mayo con el objetivo denunciar la situación de abandono en la que se encuentra el cauce. Las activistas recogieron más de cien bolsas de basura en dos horas en uno de los puntos en el que una salida de aguas fecales vierte frente al estadio de La Rosaleda y donde se acumulan grandes cantidades de toallitas. Esto resulta incompatible con la pretendida renaturalización del río e incumple los preceptos más elementales de la Directiva Marco del Agua.
Tristán González, portavoz de EEA Ciudad de Málaga, afirma: “No se entiende la falta de recursos para atender el cuidado y mantenimiento del río, cuando por el contrario desde el Ayuntamiento se plantea iluminar artificialmente los paseos con 200 farolas, con el coste que esto conlleva y la afección que supone para las especies animales, algunas de ellas protegidas. Todo esto también es incompatible con una verdadera renaturalización del río, y priva a la ciudadanía malagueña de un espacio magnífico en su ciudad para el disfrute de las condiciones naturales de la noche en la provincia andaluza más afectada por la contaminación lumínica”.
Ángeles García, portavoz de Andalimpia, se muestra preocupada por esta situación:
“Nos preocupa especialmente el uso del río como vertedero: llegan grandes cantidades de todo tipo de residuos, plástico, vidrio, etc.; desde las obras de las Torres de Martiricos, del campo de fútbol cada fin de semana y del mercadillo que se instala junto al estadio, así como, también, el eterno problema del vertido de enormes cantidades de toallitas”. Y concluye: “Exigimos tanto al Ayuntamiento de Málaga, como a EMASA soluciones firmes, contundentes y definitivas a este atentado medioambiental. Málaga merece un río vivo, limpio y sano.”
