- Asegura que “nadie va a doblegar a este Gobierno” pero no menciona a Sánchez
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ya oficialmente coordinadora general de Sumar, Yolanda Díaz, llamó este sábado a “defender la democracia” pero a hacerlo gobernando “más y mejor” y ampliando derechos, porque “no es lo mismo aguantar los ataques cuando estás transformando nuestro país que cuando estás encerrado y a la defensiva”.
Díaz lanzó este mensaje en su discurso ante el Grupo de Coordinación de Sumar que nombró hoy a la primera Ejecutiva de la formación y a ella misma oficialmente como coordinadora general. Allí se refirió a la situación creada por el anuncio de posible dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero sin mencionarle en ningún momento y reprochándole tácitamente que esté “encerrado y a la defensiva” en La Moncloa.
La vicepresidenta aseguró en todo caso que “nadie va a tumbar la voluntad democrática de nuestro país», ni a “doblegar a este Gobierno”, pero interpretó que la “estrategia deliberada de la derecha” de deslegitimación” del Ejecutivo “no ha surgido hoy ni ayer”. “Lo llevamos viendo desde los tiempos de Aznar y lo experimentamos con más intensidad desde que formamos parte del Gobierno”, aseguró, quitando implícitamente el foco a Sánchez.
Ahora bien, diagnosticó que “hoy nuestro pueblo está más fuerte que ayer” porque “el pueblo de la coalición está movilizándose”, y por tanto “es el momento” de avanzar en políticas progresistas. Frente a quienes ”están deseando que pensemos que no se puede”, Díaz afirmó a “todos los poderes” que “merece la pena representar a nuestro pueblo y salir a ganar derechos”.
La vicepresidenta segunda del Gobierno interpretó, como vienen haciendo otros portavoces de Sumar, que la estrategia de la derecha, que ella describió como “de largo aliento” y no limitada a los últimos días, tiene como objetivo “evitar a toda costa que cualquiera que no sea ellos gobierne”. Por tanto, que “lo que está hoy en juego es mucho más grande que defender a uno u otro partido”, porque es “defender la democracia”.
Así, hizo un “llamamiento” a las organizaciones políticas y sociales y a los servidores públicos que “salgan a defender la democracia” y auguró que “va a ser una pelea larga” pero que ganarán. “Sembremos democracia, movilicémonos. No dejemos que nuestro país caiga en la angustia, en el miedo y en la apatía”, arengó.
LA MOVILIZACIÓN
En esa línea, se congratuló de la movilización del electorado progresista, al calificar como “algo hermoso” ver a “una ciudadanía que ha dicho ‘hasta aquí’; una ciudadanía que ya se está movilizando y ya está demostrando que la democracia va a defenderse”. De ahí su análisis de que “hoy nuestro pueblo es más fuerte”.
En correspondencia a esa movilización, estableció que el Gobierno “tiene que ser avanzar en una agenda social ambiciosa para ponernos en movimiento”, dando a entender que hasta ahora no lo había hecho, un mensaje público habitual de los portavoces de Sumar.
Así, juzgando que “lo que no pueden tolerar es que les quitemos el poder” y hacer “a los ricos cumplir con sus obligaciones”, insistió en tomar medidas en vivienda, jornada laboral, permisos de conciliación y política fiscal. Al final de su discurso abundó en la reducción de la jornada, una de las grandes banderas de Sumar, para anunciar una gira por 14 ciudades españolas, que comenzará en Oviedo, con actos en los que se dará la palabra a la gente para que exprese su falta de tiempo de vida.
En general, Díaz defendió que la única estrategia posible frente a la de la derecha es “defender la coalición progresista” a través de “una idea tan simple como poderosa: mejorar la vida de la gente” y redistribuir el poder. “No nos apoyaron para estar de brazos caídos”, dijo de los votantes progresistas el 23 de julio. “En los momentos críticos, no avanzar es retroceder; y sí, vivimos un momento crítico”.
“Nos van a encontrar a la ofensiva programática, a la ofensiva de políticas públicas que mejoren la vida de la gente. Hay que gobernar más y mejor, es el momento”, insistió la líder de Sumar, quien aquí hizo una referencia a “democratizar el poder judicial” y que las altas magistraturas “dejen de ser las mismas familias de siempre”.
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