Día 4. En el cuarto día teníamos una de las visitas concertadas más esperadas por la familia, el Valle Salado de Añana. Uno de los lugares más especiales de Álava, por su historia y el impacto visual que nos supuso. Antes de imbuirnos en la historia de la sal y lo que supuso para la comarca, hicimos una parada interesante para conocer uno de los palacios fortificados de la provincia.
Nos encontramos a lo largo de nuestro itinerario varios castillos, torres y construcciones en muy buen estado, y todos con una característica común que nos encantó, estar situados en un entorno aislado, tranquilo y con grandes paisajes alrededor. Así fue el caso con la Torre de los Varona, una de las fortificaciones mejor conservadas de la zona, no tuvimos la suerte de pillarlo abierto, pero las vistas, en entorno y los accesos merecieron mucho la pena.
Luego nos enteramos de la posibilidad de realizar visitas guiadas gratuitas para conocer el interior de este palacio y disfrutar de sus salones, mobiliario… Aquí os dejo información sobre estas visitas
Más tarde llegamos al Valle Salado de Añana, donde teníamos una visita concertada. Además de la belleza del entorno, nos gustaría destacar lo bien organizado que está todo. Primero, mientras esperas tu hora de la visita, puede disfrutar de ciertas instalaciones, como pequeños baños de sal, el SPA salino donde descansar los pies y otras muchas informativas.
Lo cierto es que para los niños fue de lo más divertido llenarse de sal brazos y pies y luego seguir con la visita turística como si nada. Visita que continuó con un viaje virtual por la historia (desde épocas prehistóricas) del Valle Salado, su evolución con el paso de los siglos y la importancia de la sal para la Humanidad.
Finalmente, acompañados de un guía, nos introdujimos en las zonas de extracción y aprendimos todos los secretos de esta industria milenaria, su interesante terminología y cómo se ha convertido en una seña de identidad para el entorno. El último paso antes de la salida, la tienda; fundamental para los que nos gusta algo la cocina y llevarte a casa una de las mejores sales del mundo.
No en vano grandes chef como Martín Berasategi, Pedro Subijana, Eneko Atxa, Andoni Adúriz, Dani García o los hermanos Roca tienen su propia era de sal en el Valle Salado.
Con la suerte de seguir el almuerzo en el mismo pueblo de Añana, en la piscina, para que también los niños pudieran esparcirse, pudimos probar ya en plato la famosísima sal de Añana en recetas para chuparse los dedos. Sin duda, era uno de los momentos claves del viaje y las expectativas se cumplieron con creces.