Día 2. Empezamos el segundo día, tras la primera noche en el maravilloso Camping El Roble Verde, donde nos hospedamos seis personas en un bungalow, con muchos servicios; estrenamos territorio alavés con el Embalse de Legutio. Una delicia escondida tras una entrada a pie de autovía, en un entorno aparentemente urbano, tras una zona residencial, y que va abriendo paso a su inmensidad conforme avanzas en tus pasos por magníficas zonas verdes.
Pertenece en su mayor parte al municipio alavés de Legutio, aunque la ‘cola’ del embalse llega casi hasta Otxandio (Bizkaia). Este espléndido enclave es uno de los principales atractivos turísticos de Legutio, lo que ha favorecido el desarrollo de numerosas actividades relacionadas con el ocio, el deporte y el descanso.
El embalse cuenta con parques, zonas de paseo, caminos habilitados, pequeños miradores para hacer fotos y áreas de recreo; como las de Sorgimendi o Zabalain, que también disponen de mesas, parrillas, fuentes, juegos infantiles… Y aunque el agua estaba algo fría, normal en este tipo de embalses, nos dimos un buen chapuzón y disfrutamos de una auténtica playa de interior.
La parte con más zona de playa están al otro lado de la autovía, dirección sur (Playas de Landa y Garaio), ya que las de la zona norte están más habilitadas para el paisaje, el paseo y los deportes náuticos. En ambos lados, el aparcamiento es sencillo.