La plataforma ciudadana que defiende el #Noalrascacielos en el Puerto de Málaga ha lanzado hoy a los pies de la Farola una campaña de microfinanciación para impugnar la modificación del planeamiento que facilitaría su construcción, aprobada en el Pleno del Ayuntamiento el pasado noviembre.
El colectivo Defendamos Nuestro Horizonte busca paralizar la construcción del rascacielos de 150 metros de altura y seguir manteniendo encendida la Farola de Málaga, declarada BIC en 2023. Para ello, se han organizado a través de la plataforma de crowdfunding Goteo para recaudar los fondos con que presentar un recurso contencioso-administrativo contra un proyecto que tendrá un impacto irreversible.
La campaña está disponible en www.goteo.cc/rascacielos y ofrece la posibilidad de que toda la ciudadanía se implique en la defensa del futuro de la ciudad. Las recompensas de esta campaña ahondan en la identidad malagueña y se han diseñado en colaboración con empresas y creadores locales.
Con los 30.000€ marcados como objetivo máximo, Defendamos Nuestro Horizonte garantiza el inicio de unas acciones ciudadanas que suponen la última posibilidad de paralizar judicialmente este despropósito urbanístico en un contexto de fragilidad y emergencia medioambientales.
Desde hace casi un año se ha estado trabajando en la elaboración de este recurso contencioso-administrativo, junto con un equipo jurídico y con el asesoramiento de personas expertas en arquitectura, geografía, urbanismo y medioambiente, entre otras disciplinas. Todas las acciones civiles (manifestaciones, peticiones de consultas, alegaciones, reuniones o informes contrarios de expertos) han sido sistemáticamente desestimadas o ignoradas por el equipo de gobierno del ayuntamiento.
El proyecto implica cambiar la normativa vigente, eliminando el actual uso público de la zona para hacer un desproporcionado hotel de lujo accesible a las rentas más altas, en lugar de ser accesible a toda la ciudadanía. Este rascacielos de 150 metros de altura, en pleno centro de la Bahía, tendría un gran impacto visual: rompería irreversiblemente la fachada litoral y el paisaje, y afectaría negativamente a las vistas panorámicas, al horizonte marítimo y a los principales hitos monumentales de Málaga. Igualmente, generaría impactos ambientales e implica apostar por un modelo de ciudad muy poco sostenible.