Sea Life Benalmádena celebró el Día Mundial de las Ballenas, para honrar a estos gigantes del océano y crear conciencia sobre la necesidad de protegerlos.
Las ballenas juegan un rol crucial en el ecosistema oceánico. Son grandes ingenieras del mar, ya que su presencia ayuda a regular la temperatura y los niveles de dióxido de carbono del agua. Además, su excremento es un fertilizante natural que promueve la producción de fitoplancton, base fundamental de la cadena alimenticia marina. El Día Mundial de las Ballenas: 18 de febrero, entonces, es una oportunidad para reflexionar sobre el impacto que tienen estas criaturas en la salud de nuestros océanos y, por ende, en nuestra propia supervivencia.
“Desde Sea Life, en este día, queremos sensibilizar al público general sobre la necesidad de proteger a las ballenas. Es importante promover talleres educativos, de playas limpiezas, o campañas de recaudación de fondos y proyecciones de documentales para promover y la importancia de estas criaturas marinas”, asegura la Directora de marketing de Sea Life, María Morondo.
Una de las razones por las que la conversación de las ballenas es esencial para el futuro del planeta y del ser humano se encuentra en que son una importante solución natural al cambio climático. Las ballenas capturan toneladas de carbono y reducen el CO2 de la atmósfera. Durante su vida acumulan carbono que, una vez que mueren, se llevan al fondo del océano reteniendo ese CO2. Por otro lado, donde hay poblaciones de ballenas existe mucho fitoplancton, que produce al menos el 50% de todo el oxígeno de nuestra atmósfera.
Las ballenas están catalogadas como en peligro de extinción en la “Lista Roja de especies vulnerables”. Tras décadas de protección, ocho de las trece grandes especies o están peligro o son vulnerables. Los biólogos marinos estiman que hay poco más de 1.3 millones de ejemplares en el océano, una cuarta parte de lo que solía haber antes del auge de la caza descontrolada de esta especie.