Este libro de mi autoria, va dirigido:
A aquellas personas que viven la sensualidad sin tabúes, tal y como está a nuestro alrededor y dentro de nosotros, diariamente.
Todos los sentidos dispuestos a su servicio: vista, gusto, tacto, olfato y oído e incluso la espiritualidad, consiguiendo un magnetismo personal que habla de atracción sexual, de serenidad, seguridad.
Una mirada profunda, una sonrisa abierta, una voz dulce y tranquila o fuerte pero serena (en un hombre).
La sensualidad está dentro y fuera de nosotros mismos, en nuestro interior, tanto en el hombre como en la mujer, e incluso podemos encontrar sensualidad en la forma de un edificio, en degustar un plato exquisito. En contemplar un hermoso paisaje.
Fundamental sentirse bien con uno mismo somos el fiel reflejo de como nos sentimos, de lo que sentimos, de nuestros conflictos interiores.
Esa serenidad nos porta sensualidad Que bien aplicada a la sexualidad nos puede, sin duda, ayudar a tener una buena relación amorosa.
Erotismo no importa en prosa o en verso, es la magia que transmiten las letras sin más.
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Esperame, quiero ser vida.
Musa de tus anhelos, de los deseos que en tu piel dormitan mientras mis miedos se entrelazan con los tuyos y desbordan en sensaciones.
Sueños, tal vez, realidades que vestidas de letras hacen nuestros momentos que en la mente carcelera aún de tantos, no encuentran su camino.
Puertas cerradas que se abren hoy para que el ayer sea vida y el mañana recuerdos sentidos que sin medida otorgan placeres consentidos.
Búscame si es tu deseo, sensualidad que encuentras a tu alrededor y que la mirada a veces no es capaz de vislumbrar, esa chispa de que dotas la vida, erotismo lo llaman es mi compañera, tal vez.
Melodía es la música que resuena en mi oídos aún cuando no estas a mi vera, la letra, a veces prendo de silencios para encontrarte y deleitarme en tu mirada, que lleva entrañada esa vida que sólo tu eres capaz de impregnar a todo.
Imprimarse en ti, es algo sencillo, sólo hay que saber nadar, para sumergirse en las profundidades de tu ser sin ahogarse, pues emociones dispersas por tus mares llenas a veces de calma y otras de tempestades, eres sonrisa silenciosa que en una simple caricia arritmias provocas.
Bosques de sensaciones que escalan rítmicamente consiguiendo desbordar notas al aire, como suspiros que me buscan, ahogos que no cesan que tornan de melancolía a gemidos de alegría, sendas desconocidas, regalas como misterios que en los orígenes del mundo andaban sumergidos en las profundidades de las simas.
Logras con tu ser una escala de colores, una algarabía que en abanico un lienzo en blanco desvirgas.
Espérame, que quiero quedarme contigo y ser vida entre los pliegues de tu piel.
Es el agua que camina, la balsa de mi sentir, es el camino que andas, la senda de mi pasión, dime que me deseas y encontrarás el punto donde cancela que no gira permite tu paso y deja abierto ese abismo de pasiones que aún desconoces.
No es necesario mostrarlo todo, ni tan siquiera decirlo, metáforas encumbran momentos y velos cubren los deseos, donde la piel hace eco en los gemidos que de nuestros labios escapan, rompiendo el silencio en que la vida se envuelve.
Dicen que la noche es compañera mía, más prefiero la luz de día, donde nada se esconde, pues de vida lleno las calles, que en atronadora tormenta a veces, no es capaz de encontrar tiempos para regocijarse en aquello que es vida sin más, ser humano que luego presume, cuando ignorante reniega de su sensualidad, por qué prefiere esconderla en su hipocresía en la privacidad de la alcoba o en la obscuridad de la noche a saber en que lugar.
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Gracias por acompañarme en el paseo.
@María José Luque Fernández.