Tienen sangre española y habitan en el desierto, refugiados en los Campamentos de Tinduf, Argelia. Todos han nacido en ese lugar inhóspito, sin conocer nada más; y sobreviven en condiciones inhumanas subsistiendo tan solo por la ayuda de organizaciones internacionales. Sus familias debieron abandonar el Sahara español en 1976, huyendo de la represión y los bombardeos marroquíes; y fueron obligados a vivir exiliados en la hamada argelina, una zona conocida por padecer el clima más hostil del planeta, con temperaturas extremas, fuertes vientos y movimientos de dunas.
La Asociación Malagueña de Amistad con el Pueblo Saharaui lleva más de 30 años acogiendo, en los meses de julio y agosto, a niños y niñas de entre 8 y 10 años que viven desde su nacimiento en los campamentos, para evitar que padezcan las temperaturas extremas de verano de más de 50 grados y puedan conocer otra imagen del mundo, más allá de la que les da la realidad del desierto.
“Vacaciones en Paz es un proyecto que pretende profundizar las relaciones de amistad del pueblo malagueño, con el saharaui y mejorar la calidad de vida sanitaria, alimentaria y educativa de la población infantil” -Nos cuenta Isabel Gonzalez Presidenta de La Asociación Malagueña de Amistad con el Pueblo Saharaui.
La Asociación tiene previsto traer a nuestra provincia a alrededor de 30 niños y niñas saharauis que serán recibidos por 30 familias de acogida. “Nuestra intención es ayudarlos con la alimentación, la educación (ya que su segunda lengua es el español), la salud y la relación con otros niños y niñas. Por ese motivo estamos convocando a las familias malagueñas a unirse solo para acoger a los menores y nosotros nos encargarnos del resto”. -Informa Isabel.
Los principales objetivos de Vacaciones en Paz 2024 son: -Posibilitar a los niños y niñas a salir de las duras condiciones en que viven en los campamentos durante los dos meses en que las temperaturas alcanzan los 50 grados. -Realizar tratamientos médicos que resultan imposibles de llevar a cabo en los campamentos, donde muchos presentan anemias debidas a una deficiente alimentación. -Fomentar el aprendizaje de la lengua española, segundo idioma oficial de la República Árabe Saharaui Democrática. -Darles una alimentación variada que les permita recuperar los niveles de los nutrientes necesarios. -Hacerles vivir experiencias lúdicas y educativas con la fauna, la flora, el teatro, el cine, la magia, el mar y todo lo que no conozcan.
En nuestro país hay otras asociaciones que realizan este mismo trabajo, dividiéndose por regiones y trabajando en red. La convocatoria se realiza con mucha anticipación para llevar a cabo un conocimiento exhaustivo de las familias que brindarán el alojamiento y durante los dos meses de acogimiento, se realizan reuniones y visitas continuas. El Ministerio de Juventud y Deporte Saharaui se encarga de enviar y seleccionar a los niños y niñas, y la mayoría de las familias acostumbran a volver a recibir al mismo niño o niña todos los años, esperándolos impacientes cada verano, por el amor que llegan a tenerles.
“Este proyecto solidario es uno de los más importantes que haya realizado la sociedad civil española y que continúa gracias al movimiento de solidaridad que se ha formado con el pueblo saharaui; además del esfuerzo y colaboración de las familias guardadoras, de la población en general y la aportación de algunos Ayuntamientos -informa la Presidenta de la Asociación-. Hubo épocas en que pudimos acoger a más de 300 niños y niñas, pero la crisis económica de 2008, la Pandemia de 2020 y la reducción de recursos que padecen muchas organizaciones de ayuda internaciones, hizo que todo se reduzca. -agrega.
Casi medio siglo viviendo en campamentos por un conflicto no resuelto
La soberanía del Sahara Occidental es un conflicto enquistado desde que Marruecos invadió y ocupó militarmente en 1975 lo que entonces era una colonia española. En esa época, el gobierno español se disponía a abandonar el territorio como parte de la descolonización de África y lo saharauis aspiraban a formar un Estado independiente. El plan marroquí consistió en transportar a 300 mil civiles con unidades militares armadas camufladas entre ellos; fue diseñado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos y contó con su apoyo logístico y el de la CIA. El motivo del apoyo estadounidense y también francés a Marruecos, fue porque preferían un Sahara marroquí a un Sahara títere o satélite de Argelia, rival regional de Marruecos y que además estaba en el bloque comunista. Mientras tanto el pueblo saharaui huía a un territorio seguro, bombardeado con napalm y fósforo blanco por parte de la aviación marroquí. La población que no murió en la huida, se asentó en la zona argelina de Tinduf, viviendo en campamentos hasta el día de hoy, y se estima que son más de 200 mil personas.
“Son hermanos nuestros, su tierra era una provincia española, hablan nuestro idioma y tienen nuestras mismas costumbres, pero sufren día a día por un conflicto nunca resuelto que han dejado relegado en el tiempo” asegura Isabel. Pero los lazos históricos que unen al pueblo saharaui con el pueblo español por sus raíces y su cultura, todos los años, cuando el sol brilla más fuerte en estas tierras, convierte ese abandono en una cadena de ayuda, en donde la sangre puede más que el olvido.
Vacaciones en Paz 2024. Este verano acoge un niño/a saharaui. Teléfono 607 373 356