Un día en un lugar arqueológico de Egipto vi a una turista europea, creo que era francesa, que se había encontrado un gatito, recién nacido, que estaba solo e inmediatamente se separó de su grupo turístico para tenderle una mano; Me pareció que era una amante de los animales, defensora de sus derechos. Se apresuró a coger al gatito para buscar a su madre, había muchos gatos que corrían de un lugar a otro sin distinguir si eran macho o hembra. Algunos de ellos intentaron atacar al gatito y casi le hacen daño. Cuando la turista se desesperó en la búsqueda por encontrar a la madre del gato, decidió dejarlo en el mismo lugar dónde lo encontró y efectivamente allí estaba la madre del gatito ansiosa esperándolo.
Me temo que muchos europeos abordan los asuntos orientales con la misma aptitud de la mujer con el gatito.