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Embovedar el río Guadalmedina asfixiará a Málaga

Embovedar el río Guadalmedina asfixiará a Málaga

El Guadalmedina lleva décadas siendo objeto de debate sobre su acondicionamiento, no acabando las administraciones de formular el proyecto más idóneo. Actualmente, el Guadalmedina se encuentra en su último tramo urbano anulado como río. Es un ecosistema herido, un espacio abandonado y un eje de deterioro estético en el seno de la ciudad.

Si bien la renaturalización de la parte alta del río ha tenido muy buena acogida por Ecologistas en Acción, la organización advierte que el embovedado de parte del tramo urbano asfixiará  el río y pondría n peligro a la población, ya que en caso de avenidas facilitaría la colmatación de la parte embovedada, aumentando el riesgo de inundaciones.

Además del incalculable impacto ambiental y del peligro que conlleva tapar el río, la propuesta del Ayuntamiento tendría un coste económico inviable. Volver a apostar por el hormigón, por infraestructuras grises y obras faraónicas va en la dirección contraria a la necesidad de áreas naturales que tiene Málaga.

Renaturalizar todo el río a su paso por la ciudad le devolverá a Málaga el entorno natural que tanto necesita, tras la fiebre del hormigón del pasado. De esta manera, se conseguirá incrementar sustancialmente su valor natural como ecosistema fluvial, así como potenciarlo como pasillo verde y ambiental en su recorrido por la ciudad. Asimismo, esta renaturalización del río resultará de gran interés social, al suponer una mejora del espacio público y de la estética de la ciudad para el uso y disfrute de la ciudadanía malagueña.

En otras ciudades de España y Europa se están llevando a cabo  proyectos de renaturalización de los ríos urbanos con gran éxito. Un ejemplo destacado es el del río Manzanares a su paso por Madrid o el río Turia en Valencia, que han supuesto una mejora de las ciudades impensable hace muy pocos años. Además, el río Darro en Granada es un ejemplo de río embovedado que no ha funcionado y ya hay propuestas de “destapar” el río para que la ciudad respire.

Cecilia del Castillo, portavoz de Ecologistas en Acción declara: “Los ejemplos de renaturalización del Turia o el Manzanares nos muestran que el Guadalmedina puede transformarse de “herida” a pulmón de la ciudad de Málaga. Los veranos cada vez más insoportables por la altas temperaturas solo serán vivibles con una ciudad con más espacios verdes. Añadir una bóveda al Guadalmedina matará nuestro río y nos matará de calor”.

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