- Califica de «deber moral que el germen de la discordia no se instale entre nosotros. No nos lo podemos permitir»
El Rey reivindicó la Constitución en su décimo mensaje de Navidad que pronunció este domingo y advirtió de que fuera de ella «no hay democracia ni convivencia posibles; no hay libertades sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad. Fuera de la Constitución no hay una España en paz y libertad».
Calificó a la Carta Magna como «el mejor ejemplo de la unión y convivencia entre españoles» y «el mayor éxito político de nuestra reciente historia» . Además, recordó que la princesa de Asturias la juró el pasado 31 de octubre.
Remarcó el Jefe del Estado que gracias a la Constitución «España consiguió construir y consolidar una democracia plena, abierta e integradora, un Estado Social y Democrático de Derecho, que ha asegurado nuestra convivencia y que nos ha permitido superar diversas y graves crisis en los últimos años. Esa es la evidente realidad de nuestra historia reciente constitucional».
«Gracias a la Constitución conseguimos superar la división, que ha sido la causa de muchos errores en nuestra historia; que abrió heridas, fracturó afectos y distanció a las personas. Superar esa división, por tanto, fue nuestro principal acierto hace ya casi cinco décadas. Por eso, evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros es un deber moral que tenemos todos. Porque no nos lo podemos permitir» , aseveró en su mensaje navideño.
Así mismo, vinculó a la Carta Magna con «nuestro modelo de vida, nuestra forma de vivir y de entender la vida. Expresarse libremente, recibir una educación, tener un empleo, o protegerse de la enfermedad, es sin duda clave en nuestro día a día. También lo es, acceder a una vivienda, formar una familia, contar con ayuda social o disponer de un retiro digno… Todos esos hechos diarios —y muchos más— son los que la Constitución ampara, garantiza y protege».
CERTIDUMBRE
Para el Rey, la Constitución no es solo un valor democrático de presente y de futuro, sino también un «instrumento y garantía imprescindible para que la vida de los españoles pueda seguir discurriendo con confianza, con estabilidad, con certidumbre. Para que podamos disfrutar libremente de una vida en la que cada uno —con sus circunstancias— pueda ver razonablemente satisfechas sus legítimas expectativas, sus ambiciones, proyectos y necesidades».
Sin embargo, puntualizó que «para que la Constitución desarrolle plenamente su cometido no solo se requiere que la respetemos, sino también que conservemos su identidad, lo que la define, lo que significa; su razón de ser como pacto colectivo de todos y entre todos para un propósito compartido» y preservar «su integridad como lugar de reconocimiento mutuo, de aceptación y encuentro aprobado por todos los españoles, como legítimos titulares que son de la soberanía nacional».
Abogó por los «consensos básicos y amplios sobre los principios que hemos compartido y que nos unen desde hace varias generaciones. Y esa unión, que tiene profundas raíces históricas y culturales, debe descansar sobre todo en los valores que rigen toda convivencia democrática: la libertad, la justicia, la igualdad, el pluralismo político», que «son los valores que nos cohesionan, que le dan fortaleza y permanencia a un sistema democrático como el nuestro».
Por último, pidió el Rey respeto para «las instituciones en el ejercicio de sus propias competencias y contribuir mutuamente a su fortalecimiento y a su prestigio», así como «velar siempre por el buen nombre, la dignidad y el respeto a nuestro país».
(SERVIMEDIA)