La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, llamó ayer al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, para garantizarle que su partido no tumbará la legislatura pese a que sus cinco diputados salieron del grupo parlamentario de Sumar para pasar al Grupo Mixto.
Fuentes de la dirección de Podemos confirmaron que fue la propia Belarra quien tomó la iniciativa para tranquilizar al PSOE respecto a las intenciones que tiene su partido al salirse de Sumar y lo hizo poco después de anunciarlo el diputado de su formación Javier Sánchez Serna. Fuentes socialistas constataron que el ministro se «había quedado más tranquilo» con la llamada de la líder de Podemos, sin entrar en más disquisiciones o interpretaciones de una ruptura que no les compete.
Belarra, según las fuentes mencionadas, quiso recalcar en privado lo que ya había dicho Sánchez Serna en público: que Podemos pretende recuperar su «capacidad de hacer política», que desde su punto de vista había quedado imposibilitada dentro de Sumar, que no ha asignado a Podemos ninguna de las portavocías, lo que les impide firmar iniciativas legislativas, ni tampoco ninguno de los cinco ministerios que le corresponden tras la negociación con el PSOE. Tampoco Sumar ha dado turno de palabra a Podemos en ninguno de los plenos parlamentarios celebrados hasta ahora.
Según Podemos, «la gota que colmó el vaso» fue la negativa de Sumar a dejar que la propia Belarra hablara ayer en la comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, para exponer la posición del Gobierno español ante la guerra de Gaza. Podemos había pedido que Belarra interviniera, aunque fuera en el turno de réplica, pero Sumar asignó las dos intervenciones a su portavoz de Asuntos Exteriores, Agustín Santos.
Podemos subrayó que Santos, antiguo jefe de gabinete del exministro socialista Miguel Ángel Moratinos y diplomático «socialista», protagonizó un discurso muy poco combativo con la política del PSOE. A su juicio, cabe incluso la posibilidad de que estuviera «pactada» con el socio mayoritario del Gobierno. Así, nadie calificó de «genocidio» lo que está haciendo Israel en Gaza, como viene repitiendo Podemos desde que se inició el ataque de respuesta israelí sobre la Franja tras los atentados del 7 de octubre cometidos por Hamás.
PERFIL PROPIO
De hecho, Podemos pretende que la política exterior y la defensa, junto a la vivienda y otros temas económicos y sociales, sea una de las materias donde marcar perfil propio respecto a Sumar, ahora que ya está fuera del grupo parlamentario y ha pasado al Grupo Mixto.
Pero no aspira a poner en riesgo la legislatura y así quiso transmitírselo Belarra a Bolaños. «Si hubiéramos querido poner en riesgo la legislatura, no nos habríamos presentado a las elecciones con Sumar», esgrimen en la dirección que lidera la exministra de Derechos Sociales». No obstante, están satisfechos de que, con su movimiento de ayer, el PSOE ya tiene claro que tendrá que negociar bilateralmente con ellos el decisivo voto de sus cinco diputados a los Presupuestos Generales del Estado.
En Sumar, por su parte, atribuyen la decisión que tomó ayer Podemos a que ayer por la mañana dimitió de sus cargos en el partido su hasta ahora coordinador autonómico en Madrid, Jesús Santos, con una carta abierta en la que constató sus «diferencias enormes» con la dirección estatal, en particular por su actitud de rivalizar con Sumar.
Una dimisión que piensan que pilló por sorpresa a Podemos y ante la que tuvo que reaccionar su dirección con el anuncio de que pasaba al Grupo Mixto para ejercer la «autonomía política» que avalaron sus inscritos al aprobar un documento de hoja de ruta que la Ejecutiva sometió a su convalidación.
Sumar también achaca a Podemos que no se haya atrevido a hacer lo mismo, una consulta a sus bases, con la decisión de pasar al Grupo Mixto, mientras que la dirección de Belarra da la vuelta al argumento y, presumiendo de ser «el partido más democrático de España», preguntan por qué no es la líder de Sumar, Yolanda Díaz, quien somete a consulta su posición o a primarias las listas electorales de sus candidaturas.
Finalmente, en Podemos niegan que el paso al Grupo Mixto sea un ejemplo de «transfuguismo», como han sugerido en Sumar. Según argumentan, el transfuguismo consiste en desacatar una decisión de un partido, y Sumar no lo es. En realidad, aducen, tránsfugas serían los miembros de Podemos que, contraviniendo las decisiones de su Ejecutiva, han trabajado o actuado en favor de los intereses de Sumar.
(SERVIMEDIA)