La 28ª Cumbre del Clima, conocida como COP28, adoptó este jueves en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) su primer acuerdo con el lanzamiento del fondo de pérdidas y daños para ayudar a los países más vulnerables a afrontar los impactos del cambio climático.
Ese acuerdo tuvo lugar en el Plenario Al Hairat del centro de congresos Expo City Dubai y durante la ceremonia de apertura de la cumbre climática, que invistió como presidente a Ahmed Al Jaber, ministro de Industria Industria de Emiratos Árabes Unidos y director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (Adnoc, por sus siglas en inglés).
«Hoy hemos hecho historia. Es la primera vez que se adopta una decisión el primer día de cualquier COP. Y la velocidad con la que lo hemos hecho también es histórica», comentó Al Jaber.
Poco después, se dieron a conocer los primeros compromisos de los países a ese fondo, con contribuciones millonarias de Alemania, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Japón y Reino Unido.
«En la COP28, debemos pasar de las palabras a la acción», apuntó en sus redes sociales Svenja Schulze, ministra de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania. «Alentamos a los líderes a aumentar la ambición y desbloquear la financiación crucial necesaria para garantizar una COP28 transformadora», recalcaron desde Emiratos Árabes Unidos.
En la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26), celebrada en 2021 tras ser pospuesta un año por la pandemia de la covid-19, hubo una propuesta del Grupo de los 77 y China (una alianza formada por más de 130 países) para poner en marcha un mecanismo de pérdidas y daños, pero fue rechazado.
La COP27 de Sharm el Sheij (Egipto) acordó el año pasado que se ponga en marcha ese mecanismo financiero, si bien dejó en manos de un comité de transición que haga recomendaciones al respecto. Los países ricos defienden que esa facilidad financiera sea gestionada por el Banco Mundial, algo a lo que se oponen ecologistas y naciones en desarrollo.
¿QUIÉN PAGA?
Las pérdidas y daños conllevan costes económicos (por ejemplo, reconstruir alguna infraestructura tras una inundación) y no económicos (como la pérdida de saberes ancestrales o culturales, las consecuencias en la salud o la pérdida de biodiversidad), según Ecologistas en Acción.
Tras el anuncio de la aprobación del fondo para pérdidas y daños, Tracy Carty, experta en políticas globales de Greenpeace Internacional, comentó que supone “un primer paso fundamental” para “las comunidades que menos responsabilidad han tenido en provocar la crisis climática”.
No obstante, Carty recalcó que se trata de “un fondo que se queda corto para lo que realmente necesitan y que se merecen».
Greenpeace indicó que falta por concretar de dónde va a salir el dinero: si solamente de los países ricos o se obligará a que la industria de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) también contribuyan. “No podemos salir de la COP28 con un fondo para daños y pérdidas con las manos vacías», añadió.
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