- Dos manifestaciones llenan de «mareas moradas» las calles de Madrid y muestran la fractura del movimiento feminista
La manifestación contra la violencia machista en el centro de Madrid secundada por dirigentes de Sumar y Podemos congregó esta tarde de sábado a 7.000 personas y logró una mayor movilización que la organizada por la mañana con asistencia de ministras y dirigentes del PSOE, en la que participación unas 2.000 personas.
La división del movimiento feminista en este 25 de noviembre, que conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, quedó marcada también por la diferencia de cifras entre la marcha promovida a mediodía por el Foro de Madrid y el Movimiento Feminista de Madrid, frente a la vespertina de la Comisión 8-M, que triplicó el número de asistentes, de acuerdo a los dos cálculos oficiales realizados por la Delegación del Gobierno.
Las promotoras también dieron cifras diferentes, pues las organizadoras de la manifestación a la que acudieron las ministras del PSOE elevaron la participación a 25.000 personas por la mañana y las de la tarde con ministras de Sumar y exministras de Podemos aumentaron la suya a 50.000.
Uno de los momentos estelares de la cita vespertina lo protagonizó la exministra de Igualdad Irene Montero, que fue recibida con aplausos en su incorporación a la marcha, pues numerosas manifestantes dificultaron el tránsito al requerirla fotografías y besos. La política de Podemos se ubicó junto a la anterior secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez ‘Pam’.
Montero llamó a “estar sin fisuras con todas las mujeres” a la hora de combatir la violencia machista y defendió expresamente a “las mujeres trans y a las mujeres racializadas”, cuestión que precisamente crea división en las filas feministas, como pone de manifiesto el hecho de que por la mañana corearon lemas como «Ser mujer no es un sentimiento».
Por la tarde, decenas de mujeres con los ojos tintados de negro a modo de un antifaz marcaron el ritmo de la marcha al son de la batukada y con consignas como «Sola y borracha quiero llegar a casa», «Sólo sí es sí» y «Abajo el patriarcado que va a caer, arriba el feminismo que va a vencer», también coreados y bailados por Montero.
CONTRA LA VIOLENCIA VICARIA
También participó en la marcha de la Comisión 8-M la nueva ministra de Infancia y Juventud, la política de Sumar Sira Rego, que prometió luchar contra la “violencia vicaria” y reclamó “unidad” al feminismo. Estaba prevista la asistencia también de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que se ausentó por problemas leves de salud debido a un episodio de fiebre.
Rego garantizó que las mujeres van a estar “movilizadas en la calle, en las instituciones y en el Gobierno” para hacer frente a quienes difunden el “negacionismo” de la violencia de género.
Destacó que la lucha contra la violencia de género “une a todo el movimiento feminista” y como nueva ministra del Gobierno de España aseguró que piensa luchar especialmente contra la “violencia vicaria que busca infringir un dolor” sobre las mujeres haciendo daño a sus hijos.
En la marcha podían verse banderas de sindicatos y las citadas formaciones políticas Sumar y Podemos así como, en un grupo numeroso abriendo la movilización, enseñas palestinas. Precisamente, desde la cabecera de la manifestación se reivindicó que las mujeres feministas reclaman la paz.
BENGALA MORADA
A la altura de la emblemática fuente de Cibeles, iluminada de morado como la fachada del Ayuntamiento de Madrid y otros edificios públicos por el 25-N, una bengala tiñó del mismo color el horizonte madrileño, mientras en el megáfono se escucharon consignas contra el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, que acompañó a cuatro ministras en la cita matinal.
«Ningún ser humano es ilegal, se lo recordamos las feministas», le dijeron, oponiéndose a la «violencia en frontera» y tras gritar: «¡Buh! Marlaska es otra vez ministro del Interior».
Los manifestantes tampoco se olvidaron del principal partido de la oposición y de los «señoros» de Vox, como indicaron algunos participantes a Servimedia, mientras la megafonía coreaba «¿Dónde están? No se ven las mujeres del PP».
Esta cita, que arrancó a las 18.00 horas y culminó ya entrada la noche en Callao, llevó como lema ‘Se acabó: nuestra lucha es global’, recogiendo una campaña de Igualdad, basado en la canción de María Jiménez ‘Se acabó’, ya que esta comisión es cercana a los postulados de Podemos e incluye a las mujeres trans dentro del movimiento feminista. Por ello, también en esta cita estuvieron presente decenas de personas trans.
Entre las peticiones de la Comisión 8-M están «que se desarrollen todas las medidas de prevención y atención a las víctimas de violencia sexual y de género recogidas en las leyes», más recursos de «acompañamiento y reparación a las víctimas» y «que el mensaje de que no estás sola sea verdad».
Lo que sí se recordó en ambas «mareas moradas» fueron los datos de víctimas del machismo. Según datos oficiales, desde el pasado 25-N han sido asesinadas 53 mujeres y dos menores, y otros tres casos están bajo investigación. Si se tienen en cuenta todos los feminicidios, serían 93 víctimas de la violencia machista.