El Consejo de Gobierno ha aprobado la formulación de la Estrategia de Investigación e Innovación en Salud del sistema sanitario público de Andalucía para el periodo 2024-2027, cuya finalidad será articular las actuaciones necesarias para potenciar el desarrollo de la investigación y de la innovación en salud, que finalmente incidirá sobre el paciente, pero a su vez debe contribuir al desarrollo general de la investigación e innovación de la comunidad autónoma.
Su elaboración se dividirá en tres fases: una primera con la realización de una propuesta inicial del plan, seguida de la remisión del borrador inicial a distintas entidades para su análisis y aportación de propuestas, y finalmente, una vez se tenga el texto definitivo, se elevará al Consejo de Gobierno para su aprobación.
Este plan contará, como mínimo, con un análisis de situación, una formulación de los objetivos y ejes estratégicos, una programación que establezca las medidas a ejecutar para el logro de los objetivos definidos y un cronograma orientativo para la consecución de éstos y un sistema de seguimiento y evaluación.
Con la formulación de esta Estrategia de Investigación e Innovación en Salud en Andalucía se actualiza, se continúa y se avanza en la actual, cuya vigencia concluye el 31 de diciembre próximo. La Estrategia 2020-2023 ha demostrado su capacidad de mejorar la I+D+i en Andalucía. Si comparamos el año 2019 previo a su inicio con los datos ya disponibles de 2022, los indicadores más relevantes han sufrido una mejora importante. Así, en relación con la captación de recursos, la red de fundaciones de gestión de la investigación en salud ha incrementado los fondos captados anualmente en un 33% (de 113 millones de euros en 2019 a 150 millones en 2022) destacando el importante incremento de la participación en estudios clínicos donde se ha incrementado en 33% (de 4.174 en 2019 a 5.563 en 2022).
Además, en lo relativo al fortalecimiento del capital humano, se ha incrementado en un 82% el número de investigadores clínicos contratados (de 45 en 2019 a 82 en 2022), el número de investigadores básicos contratados en programas competitivos en un 45% (de 283 en 2019 a 412 en 2022) y el de técnicos de investigación contratados en un 57% (de 119 en 2019 a 188 en 2022).