La investigación de un equipo internacional en el que participa la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Vigo en el yacimiento de Garba IV de Melka Kunture (Etiopía) ha permitido atribuir una mandíbula infantil a Homo erectus y datar la aparición de esta especie hace dos millones de años.
El estudio liderado por la investigadora italiana Margherita Mussi que acaba de publicarse en ‘Science’ también señala que es la primera vez que restos humanos de esta especie aparecen junto a herramientas líticas elaboradas con tecnología olduvayense, la primera tecnología de la humanidad y que es la que utilizó exclusivamente el primer representante del género Homo, el Homo habilis.
Los profesores del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la UCM, Joaquín Panera y Susana Rubio Jara, participaron en el estudio de los restos arqueológicos de Melka Kunture, así como en el análisis de las implicaciones que los hallazgos descritos en este trabajo tienen para la comprensión de los orígenes humanos.
Para el análisis de la mandíbula infantil se utilizó tomografía computarizada de sincrotrón y morfometría geométrica 3D para analizar.
“El hallazgo es el único de los primeros fósiles de Homo erectus cuya identificación taxonómica se basa en la dentición, que es la parte anatómica de los mamíferos que mejor permite identificar especies”, apuntó Joaquín Panera.
TECNOLOGÍA Y RECONSTRUCCIÓN
En el yacimiento de Garba IV también se hallaron los útiles más antiguos elaborados con tecnología Achelense, de hace unos 1,95 millones de años, lo que implica unos 200.000 años con anterioridad a lo considerado hasta la fecha, haciéndolo prácticamente coincidente con la aparición del Homo erectus en el escenario evolutivo, lo que es de gran trascendencia para la comprensión de la evolución humana.
De hecho, destacó Susana Rubio-Jara, “la tecnología Achelense, que entre otros aspectos se caracterizada por la elaboración de hachas de mano líticas, ha perdurado en el registro arqueológico a lo largo de 1,8 millones de años, y desde África se ha expandido hasta el sudeste asiático y parte de Europa, lo que le convierte en la tecnología más universal de la humanidad, en función de su duración y distribución geográfica”.
El estudio de la tecnología lítica empleada por Homo erectus en el yacimiento de Garba IV se desarrolló a partir del análisis de los restos hallados en los diferentes niveles arqueológicos, que permitieron comprender la evolución de las variaciones tecnológicas utilizadas en la elaboración de herramientas líticas entre el Olduvaynse y el Achelense, “una de las mayores cuestiones pendientes en el estudio de la evolución humana”.
El registro fósil de homínidos está dominado por los descubrimientos realizados en elevaciones bajas y medias del valle del Rift, es decir, hasta 1.500 metros sobre el nivel del mar, y en los depósitos de las cuevas de Sudáfrica. Los restos fósiles y arqueológicos de Melka Kunture, a más de 2.000 metros, demuestran que las tierras altas de África oriental son fundamentales para comprender el comportamiento de los primeros humanos en sentido estricto.
(SERVIMEDIA)
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