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viernes, noviembre 22, 2024

Nos morimos…mami, te amo

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Ella es Leidy Paola, de 28 años de edad y colombiana de nacimiento. Al comprobar que la muerte le iba a llegar, llamó a su madre, que es a quien quiere más en este mundo de Dios y le manda un audio a su madre en medio del incendio, y le dice: “Nos morimos…mami, te amo”. La destinataria querida y amada de su noticia fue su madre, y Leidy, comentó: “Se que en ti surgí y en ti me disolví”. En esta frase hay toda la verdad y belleza que se pueda uno imaginar.

 

El baile fue a primero de octubre, noche tranquila donde las haya…Leidy Paola vestía un traje muy sexy, desenfadado-traje transparente color blanco-, su cara no mostraba maquillaje alguno y sus labios los llevaba pintados…Ella bailo con todas sus fuerzas, la danza de la vida, la danza de la muerte. “Yo que soy libre cual gaviota”, argumentó; “que soy hermosa y dadivosa; soy la que expresa mayor grandeza, y bailando miro al cielo y contemplo mi belleza; que soy bella inteligente y melancólica y quien no sienta el arte que no venga, que se marche-si está aquí y ahora-, siendo una hembra de los pies a la cabeza”, término diciendo.

 

“¡No me dejaron-una vez más-bailar sola!”-siguió diciendo Rosa María- “ellos…los que mandan, los que niegan belleza…Son corazones ojos cerrados-fueron jueces implacables-, más son puritanos que gozan en otros cuerpos lo vedado”. Muchas veces estar sola, supone estar acompañada.

Y muchas veces recapacito: “Tengo soledad, tengo viento, tengo pétalos de pensamientos y suprema libertad para arrojarlos al viento, miles de esos pétalos de pensamientos”. Y, después, de esta pequeña-tierna composición poética…cenó con poco apetito y llorando se acordó de su novio que se llamaba… Él, el último hombre sobre la tierra, había bailado para mí, antes de marcharse de mi soledad…

 

Tanta soledad me inclina a abandonarme al viento, pétalos de rosas muertas he arrojado a cientos, al mar. Muchas veces el exceso de soledad me lleva a suplicar al viento, que me envíe pétalos de pensamientos para enviar al mar…muchos cientos.

 

En el escenario en que murió Leydi fue en una sala de fiestas, de las que tantas hay en España. Luchó con el amor y la muerte, al mismo tiempo. La primera con toda su ilusión y la segunda con la realidad de la vida que siempre existe y llega cuando menos uno la espera…Recordamos a Shakespeare (Romeo y Julieta), inmortal obra donde las haya. Ella bailó la danza de la muerte en unión de su novio…

La Coruña, 7 de octubre de 2023

©Mariano Cabrero Bárcena es escritor

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