En el canal France 24 emitieron un reportaje sobre los hijos y las esposas de los miembros de ISIS, que viven en uno de los campos de refugiados en Siria, y abordaron el tema de cómo estas mujeres, que suelen aparecer con las tradicionales túnicas negras, que cubre todo el cuerpo dejando solo despejado los ojos, siguen enseñando a sus hijos pequeños los principios y enseñanzas de la organización extremista a pesar de la ausencia de los padres que fallecieron o huyeron. Según el informe, estas mujeres son y serán un peligro si regresaran a sus comunidades de origen.
Estoy aquí ante un informe que nos puede sugerir varias preguntas y respuestas. Preguntas que debemos hacernos cómo por ejemplo la forma de vestir de la mujer: ¿no creen muchos occidentales que las mujeres usan esa ropa, como dice el informe, porque sus maridos las obligan a hacerlo? Entonces, ¿quién obligó a estas mujeres a usarlos? Y si no son forzadas, ¿cuál es el motivo de utilizar esa forma de vestir?
Otro ejemplo sería sobre la forma de pensar; ¿Pueden las mujeres adoptar ideas extremistas al igual que los hombres? Si este es el caso, ¿por qué creen en Occidente que las ideas extremistas son específicas de hombres, y las mujeres no son más que subordinados a ellos? ¿Eso degrada a la mujer de alguna manera, o la purifica de todo defecto?
Este informe y la sugerencia de preguntas abordan la forma de pensar y de vestir de las mujeres extremistas de ISIS, pero en muchos países árabes conservadores vemos a muchas mujeres usando el hiyab, que cubre la cabeza y no la cara, y también nos podemos preguntar; ¿están obligadas a usarlo? ¿Este vestido está asociado con la religiosidad o simplemente se practica por costumbre? ¿No es posible que una mujer sea religiosa y practique un ritual religioso, que nos guste o no, como lo hace un hombre? ¿Y las monjas?, en las sociedades occidentales, ¿también son forzadas? ¿Las ideas de religiosidad y el sacrificio se han vuelto difíciles de creer en Occidente? ¿No es posible que sea el velo un acto cultural más que religioso? ¿No lo ponen algunas mujeres cristianas en Oriente?
De hecho, no sé por qué los occidentales insisten en la idea de que el comportamiento y el pensamiento de las mujeres es siempre sumiso en las sociedades orientales. Lo que sí sé es que nuestra visión de la mujer en Oriente es completamente diferente, somos completamente opuestos al punto de vista occidental. Vemos que el pensamiento de las sociedades, nos guste o no, es transmitido por las mujeres, son ellas quienes transmiten los valores a las generaciones venideras, son ellas quienes enseñan a sus hijos. La mujer es la incubadora de la cultura y su pastora. El papel de la mujer en la cultura árabe es muy destacado, Naguib Mahfouz, por ejemplo, afirmó que la mujer para el hombre es su vínculo con la vida en sus diferentes etapas; su madre en la niñez, su novia en su juventud o su hija después; sin ella no hay vida. Pero lamentablemente la mayoría de las veces, tanto el trabajo de la mujer de educar a los hijos en su hogar como el trabajo profesional que realiza fuera de casa se desprecia. A la mujer hay que admirarla dentro y fuera del hogar. Esto no significa tampoco que sea ella la única que deba asumir las responsabilidades de educar a los hijos: la familia es, en definitiva, una sociedad entre el hombre y la mujer, que deben cooperar hombro con hombro para alcanzar el éxito.
Son muchas las preguntas que dejo para que el lector las responda. Personalmente no veo la necesidad de hacer ninguna distinción. Todos somos seres humanos, seamos hombres o mujeres. Adquirimos buenas ideas al igual que maliciosas. Esta es la verdad del asunto y así lo siento.
El hiyabismo por elección o por imposición es la marca del islamismo político, una ideología fascista disfrazada de religión que atenta contra las Libertades, los Derechos Humanos y la Democracia, e impone una serie de normas y restricciones medievales a la sociedad. Si es por imposición se debe liberar a las mujeres del yugo de quienes imponen la cárcel de tela, si es por elección se debe restringir y perseguir su uso tal y como se persigue y restringe el uso de símbolos nazis como la esvástica o los saludos hitlerianos en el espacio público. La reiterada y absurda comparación con las monjas carece de consistencia, ya que la vida monacal es siempre una elección libre y consciente de personas adultas, algo que no sucede con el hiyabismo que se produce entre menores de edad, bien por adoctrinamiento, o presión social y familiar. Las monjas siempre muestran su cara. Y también asumen las consecuencias y limitaciones de la vida monacal y no se quejan de sufrir discriminación en el mundo laboral, en piscinas o playas, y no tienen inconveniente en vestir de forma normal en espacios públicos que deben ser religiosamente neutros. El velo no es ningún acto cultural (hay culturas de religión islámica que nunca lo han usado) o religioso (hay musulmanas que no lo usan), sino un acto POLÍTICO, un engendro del islamismo difundido por el Ayatolá Jomeini, y los golfos del Golfo con sus petrodólares en manos de los wahabíes y salafistas. Dejen de confundir a la gente con demagogia barata. El concepto que tiene el autor de la mujer como «muleta del hombre» creo que lo dice todo… El autor lanza muchas preguntas envenenadas, y yo un musulmán liberal, laico y modernista se las he respondido. Espero que esto sirva de argumentos a todos los que en algún momento se enfrenten a este debate que es la eterna guerra de la luz contra la oscuridad medieval.