La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía ha activado diversos mecanismos para abordar la conducta suicida, sobre todo, entre los menores de edad. La Administración andaluza tiene el importante reto de conseguir paliar las causas y disminuir los casos de conductas suicidas entre los jóvenes. Para ello, ha reforzado las áreas de Salud Mental con un total de 318 efectivos desde 2021.
Los datos reflejan el grave problema y la necesidad de poner en marcha actuaciones dirigidas a este colectivo vulnerable. Y es que, en 2021, 14 menores se quitaron la vida en España, duplicando la tasa del año anterior. Además, en torno a 400 menores fueron atendidos en las urgencias hospitalarias de Andalucía en 2022 por intento de suicidio.
En este sentido, cabe recordar que la mitad de los trastornos mentales se manifiestan antes de los 14 años y, también, que el suicidio es ya la segunda causa principal de muerte entre los adolescentes. Por lo tanto, Andalucía se encuentra ante un grave problema de Salud Pública.
Salud y Consumo considera al Sistema Sanitario Público de Andalucía el eje nuclear sobre el que se articula el catálogo de acciones, ocupando un lugar preferente en el desarrollo de los distintos planes, protocolos y medidas en materia de Salud Mental.
A este respecto, son dos los documentos que recogen las políticas y actuaciones fundamentales. Uno de ellos es el ‘Plan de Acción en el Sistema Sanitario Público de Andalucía para la Prevención, Atención y Posvención del Suicidio’, puesto en marcha en 2021, que propone 50 acciones específicas ya iniciadas para reforzar la asistencia clínica tanto a los grupos vulnerables como a la población en general.
En segundo lugar, se encuentra el reciente ‘Programa de Prevención de la Conducta Suicida en Andalucía’, en el que se han priorizado 10 de sus 35 actividades para su puesta en marcha este año. El objetivo de este programa es claro: reducir la incidencia, la prevalencia y el impacto de la conducta suicida en Andalucía.
Concretamente, el capítulo quinto de este Programa especifica actividades de prevención para la población infanto-adolescente, plasmadas en 4 áreas de actuación: la creación de un grupo director sobre conducta suicida en esta población; el diseño del primer protocolo de atención a la conducta suicida en las Unidades de Gestión Clínica de Salud Mental; el desarrollo de un programa de trabajo colaborativo entre salud mental, atención primaria y centros educativos, y el programa de sensibilización a padres sobre salud mental, gestión de crisis y conductas autolíticas.