La selección española se clasifica para su primera final con un gol de Carmona en el minuto 89. Poco antes, Suecia había igualado el marcador con el tanto de Salma. El emocionante desenlace será el domingo a las 12:00
Esto es la gloria. El cielo se abrió ampliamente para España. La Roja se encuentra en la final. El equipo de Vilda luchará por ser el mejor del mundo. Un triunfo de todos, de los clubes, de los entrenadores, de los seguidores, de un país. Un subidón que alcanzó su clímax perfecto en el gol de Carmona, el logro épico que la Selección necesita para escribir en letras doradas una historia que solo le falta un capítulo para vivir su final feliz.
En un partido histórico, Vilda reunió a las tres legendarias: Jenni, Paredes y Alexia. Sí, la ganadora del Balón de Oro volvió al once inicial para las semifinales del Mundial. Pero no solo brillaba la jugadora catalana, también estaban los otros diez esperando en el banquillo. En esta ocasión fue Esther la que se quedó sin empezar el partido.No importaba, se esperaban muchos minutos intensos en los que sería necesario recurrir a sustituciones de lujo. Una semifinal se inicia desde las sensaciones. Antes de que las protagonistas saltaran al terreno de juego, se vivió una celebración con danza maorí, fuego y juegos de luces. Esto era en serio. España nunca había experimentado algo así, a diferencia de las suecas. Quizás por eso al principio el balón lo tuvo Suecia. Sin embargo, el primer acercamiento fue de Mariona con un centro desde la izquierda.
Las bases de La Roja se establecieron, pero a una gran distancia del área. El equipo impresionó cuando Suecia aceleraba, con Las Alba, Alexia o Mariona multiplicándose para retroceder. Venían preparadas. España debía ser un bloque tanto en defensa como en ataque. Así llegó otro gol de Vilda, con Olga entregando un pase en el segundo palo a Alba, quien remató sin suerte. Seguidamente fue la sevillana quien intentó con un potente disparo que se fue por muy poco. España comenzó a controlar el partido, pero las nórdicas causaban temor. Rolfö lo demostró cuando se hizo con el balón y se fue directa hacia la portería de Cata. Cinco jugadoras españolas tuvieron que salir para frenarla.
Jenni, en esta ocasión fuera de su área de comodidad, no dudó en bajar y comenzar el juego por la derecha, algo más desconectada del resto. Aitana apareció con su distinción peculiar. Alba despertó. La Selección ganaba espacio, seguridad y verticalidad. España no se amedrentó ni siquiera para sacar el balón jugando. Y eso que en frente tenía a las delanteras suecas, muy altas y poderosas, más de diez centímetros más altas que las jugadoras españolas. Pero el desempeño de Laia, Paredes, Olga y, especialmente, Tere fue destacable. Con solo 23 años y sin ninguna duda. Y así llegó otra oportunidad de Aitana, que se infiltró en el área como delantera y estuvo cerca de sorprender a Musovic con uno de sus característicos giros. El partido se abrió. De hecho, quien sorprendió fue Rolfö con un disparo potente y cruzado que Cata atajó, siendo un muro tanto en esa ocasión como en el córner inmediatamente después.
La llegada del descanso fue oportuna para La Roja y en unos minutos peligrosos. España salió un poco débil, le costaba fabricar, todo lo contrario al rival. Blackstenius, Rolfö y Asllani realizaron sus jugadas. Entró Salma al rescate y en la primera jugada se llevó a Bjorn en velocidad y el equipo español volvió a acechar. Tanto que las suecas utilizaron sus tácticas más duras para detenerlas. Pero incluso así no pudieron frenar la revolución de La Roja. La combinación entre Aitana-Jenni-Salma, que sin ángulo logró meter el balón en el área para Alba, quien desde el suelo lo envió a pocos centímetros del poste. Salma lograba despertar al animal, al que solo le faltaba morder. España optó por la tranquilidad, Suecia por la prisa y los agarrones fuera de tiempo. Los momentos finales se anticipaban duros. Sería difícil mantener la cabeza fría. En esa situación, España mostró su experiencia como nunca antes en la historia lo había hecho. Con el alma, con el corazón en un puño. Un centro de Jenni, quien sino, deja el balón suelto para que lo envuelva Salma con la pierna derecha. Centro de la jugadora más veterana y nuevamente la jugadora más joven llevaba a La Roja a tocar el cielo.
Se vivieron minutos de extrema emoción. Ahora era necesario dejar atrás los sentimientos y pensar más racionalmente que nunca. Esto era el resultado de una final, algo nunca antes experimentado. Algo que este equipo había merecido durante años. Y debido a las horas de entrenamiento de estas 23 jóvenes talentosas desde que eran muy pequeñas. También se lo merecían porque habían sido superiores. Pero el fútbol no siempre es imparcial. Y así fue. Un golazo de Blomqvist desbarató todas las esperanzas de España. Justo cuando la cuesta se estaba volviendo más empinada, Olga apareció para sentenciar con un potente disparo con la pierna izquierda, inalcanzable para Musovic. Era realidad, sí, España se había clasificado para la final de un Mundial. Finalmente alcanzaron el éxito.
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