Destacarse como un gran showman, teniendo en cuenta además, que habla un español muy acotado, fue el mayor mérito de Eros Ramazotti, que lo hizo todo, para divertir, emocionar y conquistar a su público.
El concierto comenzó con tan sólo 10 minutos de retraso, con canciones inolvidables como “La Sombra del gigante” lanzada en el año 2000 y algunos temas de su último trabajo «Latido infinito» en la que se destacó “Soy” cantada a dúo con su colega y amigo Alejandro Sanz, quién se pudo ver en las pantallas gigantes.
Acompañado por ocho músicos impecables y dos coristas con voces angelicales, Ramazzotti interactuó con su público continuamente. Primero preguntando en que idioma querían que cante y aclarando que su español no era bueno, situación que demostró en varias oportunidades con gran simpatía. Después vistiéndose con un especie de kimono de una espectadora, que no sólo lució desfilando, sino que pidió que se lo regalen. Luego bajando a la platea y recorriendo más de cien metros repartiendo besos y parando para saludar a su amigo, el mediático DJ italiano Gianluca Vacchi, quien vino a verlo acompañado de su novia, la modelo venezolana Sharon Fonseca.
Uno de los momentos más divertidos fue cuando compitió con su saxofonista, apostando cincuenta euros, para que el público elija quien llegaba a emitir sonidos más altos y afinados. Finalmente, el instrumento ganó contra su voz, que no se destaca por ser de las más brillantes, pero que sin dudas lleva un sello muy especial.
Pero el instante realmente único, para dejar grabado en la retina por siempre, sucedió cuando ofreció un acústico acompañado de la joven banda The Boscariols y cantando baladas inolvidables como “Nada sin ti” y “Mi Huracán feliz”, demostrando el gran guitarrista que también es y como puede dar tanto con tan poco.
En cada canción icónica, como “Si bastasen un par de canciones”, “Una emoción para siempre” o “Estrella gemela”, el artista entregó todo con un show enérgico y apasionado a partes iguales. Pero también, lleno de emoción, como cuando paró el concierto para aplaudir junto a su banda al público, que cantó a capella “Otra como tú” para devolverle al artista un poco, de todo lo que estaba dando.
Eros Ramazzotti, quien tiene treinta y cinco años de trayectoria como cantautor y músico, grabó catorce discos de estudios que resonaron en todo el mundo, vendiendo setenta millones de álbumes, alcanzando más de dos mil millones de reproducciones y dos mil millones de visitas en YouTube. Actualmente, se encuentra realizando la gira internacional “Battito Infinito World Tour 2023”, que comenzó en Estados Unidos el 22 de octubre de 2022 y culmina el próximo 26 de agosto en Islandia. Un proyecto que tomando en cuenta el éxito que ha logrado en sus últimos conciertos en América y Europa, lo vuelve a consolidar como uno de los artistas italianos más queridos en todo el mundo.
Su último trabajo “Latido Infinito” que como acostumbra a hacer, fue lanzado en español e italiano, se trata según sus propias palabras: de un mensaje de amor universal, un himno a la libertad y una invitación a amar sin límites, fronteras ni barreras. Prestando atención a sólo algunas letras de sus nuevas canciones, no cabe duda, que regalan esa gran misiva, que también se vio reflejada por un instante en las pantallas, pero esta vez con un mensaje de paz, en alusión a la guerra en Ucrania.
Lo que tampoco permite dudas, es el amor que el público de Marbella le tiene al artista italiano, ya que es la tercera vez que se presenta en los escenarios de Starlite Occident, habiendo visitado el Festival Boutique en las ediciones de 2017 y 2019 y logrado como esta última vez, un lleno completo.
El punto final del concierto, pareció llegar con la fuerza de la célebre “Cosas de la Vida” y el apagado de luces. No obstante, concluyó con “La Aurora”, tema que le dedicó a su hija y finalmente “La cosa más bella”, canción inolvidable que ofrendó en la despedida a Marbella, como su musa inspiradora. Es que ante la ovación de los asistentes para que regrese con un bis, Eros Ramazzotti volvió para cantar estas canciones y con su móvil en alto, filmar al público sin parar un minuto hasta terminar el concierto; y de esa manera ponerse del otro lado, mostrándose él como fan y admirador de todos los que vinieron a verlo. Un gesto digno de quien a pesar de que anduvo mucho por altos cielos, enaltece a la humildad como uno de los principales talentos.
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