Una nueva serie temporal de 1.200 años basada en una muestra de anillos de los árboles de Escandinavia muestra que el calentamiento actual no tiene precedentes durante este período. Así lo informan investigadores del Instituto Federal Suizo para la Investigación de Bosques, Nieve y Paisajes WSL en la revista científica Nature.
La Edad Media y los siglos que siguieron no solo fueron turbulentos socialmente, sino también climáticamente. No solo hubo una «Pequeña Edad de Hielo», sino también su opuesto: la «anomalía climática medieval», durante la cual pudo haber sido inusualmente cálido. Esto último se puede ver claramente en las temperaturas reconstruidas de los anillos anuales de los árboles. De hecho, las temperaturas medievales reconstruidas a menudo se describen como más altas que las temperaturas actuales.
Esto ha sido durante mucho tiempo un rompecabezas porque no se conoce una explicación física para una calidez medieval tan excepcional. Por lo tanto, los modelos climáticos no pueden simularlo y, en cambio, muestran solo temperaturas moderadamente cálidas para la anomalía climática medieval.
«Las reconstrucciones anteriores se basan en el ancho o la densidad de los anillos de los árboles anuales», explica en un comunicado Georg von Arx del Instituto Federal Suizo para la Investigación de Bosques, Nieve y Paisajes WSL. «Ambos dependen en gran medida de la temperatura, pero a veces otros factores juegan un papel en qué tan ancho o denso se vuelve el anillo de un árbol».
Junto a otros investigadores, el jefe del grupo de investigación Dendrosciences ha creado una nueva reconstrucción basada en un método especialmente preciso para extraer información de temperatura de los árboles.
A diferencia del trabajo anterior, los nuevos resultados llevan a la misma conclusión que los modelos climáticos: la anomalía climática medieval era más fría de lo que se pensaba, al menos en Escandinavia, donde se originó la madera estudiada. Por lo tanto, es probable que el calentamiento actual esté fuera del rango de las fluctuaciones naturales de las temperaturas durante los últimos 1.200 años, concluyen los investigadores.
Para su estudio, utilizaron un nuevo método optimizado en WSL para medir directamente el grosor de la pared celular de las células de madera en los anillos de los árboles anuales. «Cada célula individual en cada anillo de árbol registra la información climática bajo la cual se formó. Al analizar cientos, a veces miles de células por anillo, se puede obtener información climática pura extraordinaria», explica el primer autor del estudio e investigador de WSL Jesper Björklund.