Los consumidores jóvenes mantienen su gasto en partidas como ropa, restauración, entretenimiento o viajes de bajo coste a pesar de la inflación, ya que «solo han conocido este contexto de crisis en su vida adulta, y eso condiciona su comportamiento», ha explicado Aecoc en un comunicado este miércoles.
La entidad recoge las conclusiones del libro ‘Todo es terrible, pero yo estoy bien’, escrito por el profesor de Iese José Luis Nueno y editado por Aecoc.
La obra apunta a que «paradójicamente los ciudadanos más mayores son más cautos en sus inversiones, mientras que los jóvenes, que forman parte de este consumidor en ‘permacrisis’, siguen realizando gasto».
Según Nueno, este comportamiento podría deberse al «pesimismo» ante el futuro, por lo que al no requerir ahorro, destinan el presupuesto a gastos más asequibles que una vivienda. Este fenómeno «incide sobre la creciente polarización del consumo», que lleva a crecer a las categorías más baratas y las de lujo.