La profesora del Área de Salud Pública en la Escuela Andaluza de Salud Pública de la Junta de Andalucía, María del Mar García Calvente, ha defendido que «debe haber un cambio de modelo» sobre la ley para la Autonomía Personal y la Atención a las Personas en Situación de Dependencia «de cara a la figura de la mujer como principal apoyo de los cuidados informales no remunerados».
Así lo ha expresado durante su ponencia en la XII edición del Observatorio sobre Feminismo y Discapacidad, una iniciativa impulsada por CERMI Mujeres.
En este evento han participado la directora técnica del área de Autonomía Personal y Vida Independiente de la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (PREDIF), Myriam Arnáiz Caballero, la secretaria de la Comisión de Autonomía Personal del CERMI Estatal, Sara Vera Fernández, y la coordinadora de CERMI Mujeres, Isabel Caballero, en la XII edición del encuentro del Observatorio sobre Feminismo y Discapacidad.
Esta iniciativa tiene como objetivo ofrecer un espacio crítico para el debate teórico-político y la formación, que facilite el análisis de las principales corrientes de pensamiento feministas y sus conexiones con otras luchas por los derechos humanos en el mundo actual, según informa CERMI Mujeres.
Durante el acto, moderado por la vicepresidenta ejecutiva de la Fundación CERMI Mujeres, Ana Peláez Narváez, las ponentes han puesto énfasis en los resultados del estudio CUIDAR-SE, que ha puesto de manifiesto la «gran desigualdad» de género existente y el impacto que sufren las mujeres a largo plazo como principal figura cuidadora.
En este sentido, la profesora del Área de Salud Pública ha resaltado la necesidad de un cambio en la ley para la Autonomía Personal y la Atención a las Personas en Situación de Dependencia, que reconozca a la mujer, no sólo de manera remunerada, sino que «empodere y proteja» a la mujer como principal figura de apoyo en los cuidados informales.
Según señala CERMI Mujeres, el resto de las ponentes han coincidido en la crítica hacia el actual «modelo asistencialista», que está «impregnado» en toda la ley de Dependencia, que «no pone el centro en el empoderamiento de las mujeres y hombres con discapacidad y en su capacidad de autogestionar su propia vida, así como tomar decisiones sobre su proyecto vital».