Investigadores japoneses han descubierto cómo el gen WOX13 controla negativamente el destino de las células vegetales en regeneración y cómo puede afectar a la eficacia de la regeneración de los brotes. Los resultados, publicados en la revista ‘Science Advances’, demuestran que la alteración selectiva de WOX13 puede mejorar significativamente la eficacia de la regeneración de brotes, allanando el camino para futuros avances biotecnológicos.
Las plantas tienen la capacidad única de regenerarse por completo a partir de una célula somática, es decir, una célula ordinaria que no suele participar en la reproducción. Este proceso implica la formación de novo (o nueva) de un meristemo apical de brote (SAM) que da lugar a los órganos laterales, clave para la reconstrucción de la planta.
A nivel celular, la formación del SAM está estrechamente regulada por reguladores positivos o negativos (genes/moléculas proteicas) que pueden inducir o restringir la regeneración de los brotes, respectivamente. Pero, no se sabe qué moléculas están implicadas y si existen otros estratos reguladores aún por descubrir.
Para buscar respuestas a estas preguntas, un grupo de investigación dirigido por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Nara (NAIST), Japón, estudió el proceso en Arabidopsis, una planta utilizada habitualmente en la investigación genética.
Su investigación identificó y caracterizó un regulador negativo clave de la regeneración de brotes. Demostraron cómo el gen WUSCHEL-RELATED HOMEOBOX 13 (WOX13) y su proteína pueden promover la función no meristemática (no división) de las células callosas actuando como represor transcripcional (a nivel de ARN), lo que repercute en la eficacia de la regeneración.
«La búsqueda de estrategias para mejorar la eficacia de la regeneración de brotes en las plantas viene de lejos. Pero el progreso se ha visto obstaculizado porque los mecanismos reguladores relacionados no han estado claros. Nuestro estudio llena este vacío al definir una nueva vía de especificación del destino celular», explica Momoko Ikeuchi, investigadora principal de este estudio.