Una dieta previa a la concepción y al inicio del embarazo que contenga mucha fruta, verdura, marisco, lácteos, huevos y cereales puede estar asociada a la reducción del riesgo de aborto espontáneo, según sugiere una nueva revisión de investigaciones realizada por la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
El estudio, publicado en la revista científica ‘Fertility and Sterility’, ha analizado 20 estudios que exploraban los hábitos alimentarios de mujeres y personas que daban a luz en los meses anteriores y poco después de concebir un bebé para ver si estos estudios mostraban evidencias de asociación con una menor o mayor probabilidad de aborto espontáneo.
Los investigadores han concluido que existen pruebas que sugieren que una dieta rica en fruta, verdura, marisco, productos lácteos, huevos y cereales reduce el riesgo de aborto. Se trata de alimentos que suelen formar parte de dietas «sanas» y equilibradas, y existen pruebas de la importancia de seguir una dieta completa y rica en vitaminas y minerales durante el embarazo.
La revisión ha demostrado que, en comparación con un consumo bajo, un consumo elevado de fruta puede asociarse a una reducción del 61 por ciento del riesgo de aborto espontáneo. El consumo elevado de verduras puede asociarse a una reducción del 41 por ciento del riesgo de aborto espontáneo. Los productos lácteos reducen el riesgo en un 37 por ciento, los cereales en un 33 por ciento y el marisco y los huevos en un 19 por ciento.
Los investigadores también han analizado si los tipos de dieta predefinidos, como la Dieta Mediterránea o la Dieta de la Fertilidad, también podían estar relacionados con el riesgo de aborto espontáneo. No encontraron pruebas de que seguir ninguna de estas dietas redujera o aumentara el riesgo.
Sin embargo, una dieta completa que contenga alimentos saludables en general, o alimentos ricos en fuentes antioxidantes, y baja en alimentos proinflamatorios o grupos de alimentos poco saludables puede estar asociada a una reducción del riesgo de aborto espontáneo en las mujeres. Una dieta rica en alimentos procesados, en cambio, se asoció con una duplicación del riesgo de aborto espontáneo.