El Papa recuerda a las Obras Misionales Pontificias (OMP) que no son una mera agencia de distribución de fondos para los necesitados, sino una realidad llamada a sostener la misión evangelizadora y ha alertado de la «corrupción».
«Si todo se reduce al dinero y falta la espiritualidad aparece la corrupción», ha asegurado en su discurso a las OMP que celebran estos días en Roma la Asamblea General Anual que concluirá el 6 de junio y que cuenta con la presencia de los directores nacionales de las OMP de todos los continentes, junto con la cúpula directiva.
«Las OMP, entonces, no son una mera agencia de distribución de fondos para los necesitados de ayuda, sino una realidad llamada a sostener la misión evangelizadora de la Iglesia universal y de las Iglesias locales y a alimentar el espíritu misionero en el Pueblo de Dios», ha indicado.
Para el obispo de Roma el dinero «es un medio y la misión es más grande que esto». El Papa les ha alentado a continuar su servicio, realizado a menudo «lejos de los reflectores» y en medio de muchas dificultades. Al saludar a los Directores Nacionales de las Obras Misionales Pontificias y colaboradores del Dicasterio para la Evangelización, el pontífice les ha agradecido por la labor que desarrollan «al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia».
«Es importante recordar que la comunidad cristiana es misionera por su propia naturaleza. Todo cristiano, en efecto, ha recibido el don del Espíritu Santo y es enviado a continuar la obra de Jesús, anunciando a todos la alegría del Evangelio y llevando su consuelo a las diversas situaciones de nuestra historia», ha dicho el pontífice.
En este sentido, Francisco ha instado a «llegar a todos con el don del amor infinito de Dios, buscar a todos, acoger a todos, ofrecer nuestra vida por todos sin excluir a nadie».
La OMP -que sufraga, sobre todo, las necesidades de las diócesis enraizadas en territorios de misión- se divide en: la Obra de la Propagación de la Fe, la Obra de la Santa Infancia y la Obra de San Pedro Apóstol – fundadas en Francia en el siglo XIX- y la Pontificia Unión Misionera, erigida a principios del siglo XX. Las reuniones de la Asamblea General -a puerta cerrada y sin periodistas- están teniendo lugar en el Instituto Madonna del Carmine «Il Carmelo», situado en el municipio de Ciampino, en el área metropolitana de Roma.