Las patronales CEOE y Cepyme y los sindicatos CCOO y UGT firmaron este miércoles el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) que, entre otras cuestiones, propone que los salarios en convenios colectivos se incrementen entre 2023 y 2025 entre un 10% y un 13%, y destacaron que aportará “estabilidad” y “confianza” a nivel social y económico.
El acto de formalización del acuerdo tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y corrió a cargo de los presidentes de las patronales CEOE y Cepyme, Antonio Garamendi y Gerardo Cuerva, y los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, respectivamente.
El evento no contó con la presencia de representantes políticos para que, según explicaron CEOE y UGT, no pudiera ser utilizado por los partidos ante la cercanía de la campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
El AENC recomienda incrementar los salarios un 4% este año y un 3% tanto en 2024 como en 2025, así como la incorporación de una cláusula de revisión de hasta el 1% por año si la inflación supera los incrementos salariales de base.
ESTABILIDAD
Durante el acto, Antonio Garamendi subrayó que el pacto da “estabilidad a las empresas porque saben en qué líneas tiene que trabajar”, así como a los trabajadores, que “saben cuáles son los espacios” de negociación. “Esto no va en contra de nadie. Va a favor de todos, a favor de España, que es por lo cual nosotros trabajamos”, agregó.
Defendió que el acuerdo también ayudará a “contener” la inflación de segunda ronda, que “es un desequilibrio enorme” y, preguntado por las cesiones que han tenido que hacer los empresarios en la mesa de negociación, explicó que se queda con el pacto. Sobre si manda algún mensaje a las empresas que no apliquen el AENC, Garamendi dijo que “este es el camino” pero “son las mesas de negociación las que van a tener que trabajar en esa línea”.
“Lo que nosotros firmamos en la mesa es lo que nosotros vamos a defender y yo voy a defender sí o sí”, aseveró el presidente de la CEOE. Al respecto, el presidente de Cepyme señaló que “no se trata de contar los pelos que nos hemos dejado cada uno en la gatera”, sino de poner en valor el acuerdo y la contribución del diálogo social.
SINDICATOS
Por su parte, Pepe Álvarez resaltó que el texto da “esperanzas” para que los convenios colectivos que llevan años bloqueados se puedan terminar de negociar y añadió que es un elemento muy relevante “de reparto de riqueza en nuestro país”.
“Es un acuerdo que genera confianza interna y externa y nos sitúa en unas condiciones inmejorables como país para poder atraer inversiones, para que las empresas tomen la decisión de invertir en nuestro país”, ahondó.
Por su parte, Unai Sordo incidió en el valor del diálogo social y presumió de que a veces se logran los acuerdos “con poco ruido, pero con nueces”. Elogió que se haya llegado a este pacto en un contexto de “elevada inflación”, lo que no había sucedido hasta ahora.
Con todo, ambos líderes sindicales manifestaron que no renuncian a incrementos salariales para el año 2022, aunque ello no se haya podido incluir en el AENC, así como a la creación por parte del Gobierno de un observatorio sobre márgenes empresariales para aportar mayor “transparencia”.
También sostuvieron que no se ha dado más poder a las mutuas en los controles de las bajas médicas, sino que se ha hecho una mención en el acuerdo a que se haga un “mejor aprovechamiento” de sus recursos para contribuir a que no se produzcan retrasos en la recuperación de los pacientes por la “saturación” que vive la sanidad pública
Por otro lado, tanto los presidentes de las patronales como los secretarios generales de los sindicatos quisieron poner también en valor no solo la parte salarial del acuerdo, sino otros contenidos que se han incluido en el mismo.
Precisamente, además de la parte salarial, el acuerdo, que consta de 32 páginas, también recoge la importancia de mejorar el “aprovechamiento” de los recursos de las mutuas en los procesos de incapacidad temporal, así como la necesidad de reforzar la apuesta por la desconexión digital de los empleados y favorecer la flexibilidad de horarios y de trabajo a distancia cuando sea posible.
En línea con la reforma laboral que entró en vigor en diciembre de 2021, el acuerdo apuesta por “impulsar los mecanismos de flexibilidad interna como herramientas que faciliten la adaptación competitiva de las empresas y la actividad productiva y preserven la estabilidad y calidad del empleo y las condiciones laborales, en un adecuado equilibrio entre flexibilidad para las empresas y seguridad para las personas trabajadoras”. Pone como ejemplo, en este punto, los ERTE ante dificultades de sectores y empresas, ensayados durante la pandemia y consolidados en la legislación con la reforma laboral.
Los agentes sociales reconocen también en el texto los “buenos resultados” que ha dado el nuevo marco laboral para favorecer la contratación estable y se comprometen a seguir avanzando en esa dirección.
Eso sí, contempla la posibilidad de ampliar hasta un máximo de un año el contrato por circunstancias de la producción derivadas de un incremento ocasional e imprevisible de la actividad u oscilaciones de la misma. También anima a desarrollar sectorialmente las características del uso del contrato fijo discontinuo que mejor se adapte a las necesidades de cada sector.
BAJAS MÉDICAS
Por otro lado, uno de los mayores escollos de la negociación ha sido el papel de las mutuas en los procesos de baja médica, que CEOE quería ampliar por su preocupación ante el aumento del absentismo laboral. Los sindicatos discrepaban y finalmente el texto incluye, a modo de recomendación, que “el aprovechamiento de los recursos de las Mutuas colaboradoras de la Seguridad Social contribuye al objetivo de mejorar los tiempos de espera, la atención sanitaria de las personas trabajadoras y la recuperación de su salud, así como a reducir la lista de espera en el Sistema público”.
Además, incorpora la necesidad de adaptar puestos de trabajo en casos de discapacidad; recoger la perspectiva de género en el abordaje de los riesgos laborales y las enfermedades profesionales, así como prestar atención a los riesgos psicosociales derivados de la actividad profesional, incluido el uso de las nuevas tecnologías.
La defensa de la formación continua de los trabajadores; la imposición de máximos en la realización de horas complementarias; la apuesta por los contratos formativos dentro de los márgenes de la reforma laboral para favorecer la capacitación de la población activa; la igualdad entre hombres y mujeres; la lucha contra sesgos de género, edad o cualquier otra característica en la contratación; combatir casos de discriminación y acoso por cualquier motivo, y la relevancia de hacer “un uso correcto” de la inteligencia artificial son otros de los contenidos que recoge el texto pactado por los agentes sociales.
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