Unicef advirtió este jueves de que 2,5 millones de niños en Turquía “siguen necesitando ayuda humanitaria” y, además, “corren el riesgo de caer en la pobreza, el trabajo infantil o el matrimonio infantil” dos meses después de los dos “devastadores” terremotos que “sacudieron” el país y el norte de Siria.
A este respecto, la representante de Unicef en Turquía, Regina de Dominicis, puntualizó que, aunque la respuesta humanitaria “fue rápida y significativa», la realidad es que «el futuro inmediato de millones de niños sigue siendo incierto y la capacidad de las familias para empezar a rehacer sus vidas se ha visto gravemente obstaculizada».
Por ello, juzgó “vital” que el país reciba “más apoyo” que le permita “garantizar” la “protección” de los niños y “la satisfacción de sus necesidades como parte central de la recuperación».
En este punto, la organización subrayó que, mientras el Gobierno turco y los “aliados humanitarios” continúan trabajando para “satisfacer las necesidades más urgentes y proporcionar servicios básicos”, las familias “también necesitan apoyo a más largo plazo” con el fin de “recuperarse y comenzar a reconstruir sus vidas” y defendió que los niños “deben estar en el centro de los esfuerzos de recuperación”.
Como parte de la respuesta inmediata, Unicef ha trabajado “estrechamente” con sus socios para prevenir la separación familiar y apoyar la reunificación y ha llegado a más de 149.000 niños y cuidadores con apoyo psicosocial. Además, está apoyando al Ministerio de Salud con el suministro de vacunas, incluyendo la de la polio (para cubrir a 360.000 niños) y la de la difteria y el tétanos (para cubrir a más de 283.000).
Junto a ello, ha proporcionado equipos y suministros médicos “adicionales” y ha distribuido kits de higiene, ropa de invierno, calentadores eléctricos y mantas entre más de 390.000 personas, además de agua a miles de personas.
Además, ha establecido 37 centros de apoyo a la infancia, la adolescencia y la familia en diez provincias para aportar apoyo psicosocial, clases de recuperación, apoyo en las tareas escolares y servicios de protección, a través de los que ha atendido a casi 26.000 niños y cuidadores.
ESCUELAS
Según sus cálculos, los terremotos afectaron a casi cuatro millones de niños escolarizados, incluidos 350.000 refugiados y migrantes. De ellos, casi 1,5 millones han reanudado su educación en las zonas afectadas por el terremoto y otros 250.000 continúan su educación después de reubicarse en otros lugares del país.
En este contexto, Unicef está proporcionando ayuda financiera para reparar más de 1.170 escuelas, lo que, según sus previsiones, “beneficiará” a más de 300.000 niños, y “apoyando” al Ministerio de Educación Nacional con medidas temporales, como la instalación de más de 400 tiendas de campaña para el aprendizaje, que benefician a unos 23.000 niños al día, y aulas prefabricadas o salas para administradores. Además, mil consejeros escolares y profesores están recibiendo formación para “identificar” a los niños que necesitan apoyo psicosocial.
Unicef en Turquía ha solicitado 138 millones de dólares adicionales para continuar su labor de apoyo a los niños afectados por los terremotos y pide a los donantes que “garanticen” que esta ayuda se proporciona a través de una financiación “flexible” y se libera “de manera oportuna” para permitir “responder a las necesidades cambiantes con una acción rápida y sostenida”.
Por último, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que “garantice” que se da “prioridad” a las necesidades de los niños en las asignaciones de fondos para “apoyar una respuesta y una recuperación centradas en la infancia, reconociendo que los niños se encuentran entre los más vulnerables”.
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